Después de dos días de congreso muy a la defensiva, denunciando los ataques que sufre la cúpula del PSOE por parte de distintas fuerzas, no solo políticas y mediáticas, sino también judiciales, según denunciaron varios dirigentes, Pedro Sánchez ha cambiado completamente el tono para lanzar un discurso a la ofensiva, tratando de elevar la moral de los progresistas en un momento político muy difícil, cuando casi toda la agenda está centrada en cuestiones judiciales. Con un auditorio entregado, puesto en pie en varias ocasiones y cantando al final La Internacional, Sánchez ha lanzado una arenga que era casi un arranque de una larguísima campaña electoral hasta 2027, donde espera recuperar parte del poder territorial perdido en 2023 e incluso lograr una nueva mayoría para seguir en La Moncloa. El presidente ha prometido que a cada ataque de la oposición, el Gobierno responderá con una nueva propuesta progresista, y ha avanzado un anuncio relevante, aun sin detalles: el Ejecutivo creará una nueva empresa pública de la vivienda dependiente de la Administración central, a la vista de que las competencias están ahora en manos de autonomías y ayuntamientos y eso puede ralentizar la construcción de vivienda pública que Sánchez ha prometido.
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