El contrato de compra de balas a Israel por más de 6 millones de euros que Fernando Grande Marlaska decidió mantener estaba poniendo en riesgo la coalición y la propia imagen del presidente, Pedro Sánchez, que ha reivindicado siempre su posición como uno de los líderes del mundo más cercano a los palestinos y más duro con el Gobierno de Benjamín Netanyahu, y la única solución viable políticamente era obligar al ministerio del Interior a dar marcha atrás y buscar alguna fórmula jurídica para anular el contrato sin que suponga un gran coste económico. Así que el presidente ha ordenado resolver la situación, según fuentes del Ejecutivo, y dando de nuevo marcha atrás, aunque aún se están cerrando los detalles técnicos.
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