Buenas noticias para los amantes del buen vino que se elabora en España, pero también y sobre todo para los viticultores que elaboran sus caldos en la Denominación de Origen Ribera de Duero que abarca a las provincias de Burgos, Valladolid, Segovia y Soria.
Y es que este lunes, en sesión plenaria extraordinaria en el Consejo Regulador de la DO, se ha decidido la calificación definitiva de los vinos elaborados con la uva recogida el pasado año durante la vendimia. Y la calificación de la Añada de 2023 ha sido considerada como “Muy buena”.
Una calificación que la entidad que preside Enrique Pascual y con sede en la localidad burgalesa de Roa de Duero ha tomado teniendo en cuenta el dictamen del comité excepcional de cata formado por once sumilleres, periodistas especializados, directores técnicos de bodegas, formadores e incluso un Master of Wine holandés.
Cada temporada, el Consejo Regulador Ribera del Duero cuenta con un comité excepcional de calificación de la añada compuesto por algunos de los mejores sumilleres de España, que llevan a cabo una cata a ciegas de varios vinos representativos de la misma y califica la añada como Excelente, Muy Buena, Buena, Regular o Deficiente. Se trata de la única DO del país que hace así la valoración de sus caldos, según pusieron hoy encima de la mesa una de los portavoces del comité, Marilena Bonilla, directora técnica de Bodegas Protos.
Durante la cata, se degustó una selección de vinos de la cosecha de 2023, elegidos previamente por el Departamento Técnico del Consejo Regulador. Esta selección representa una muestra representativa de los vinos elaborados por las bodegas de la DO. A lo largo de la cata, el Comité, basándose en su experiencia y conocimiento, evaluó la calidad y el potencial de los vinos elaborados con las uvas vendimiadas en 2023.
Una añada que, en palabras del propio Pascual, ha estado marcada especialmente por la complejidad climática, pese a lo cual se ha conseguido alcanzar los equilibrios de maduración necesarios, grado alcohólico y acidez.
“En definitiva, un vino muy equilibrado para una añada bastante complicada, dando lugar a una uva con una calidad generalizada óptima, tanto sanitaria como fisioquímica”, destacaba el presidente de la DO, para quien con esta uva se podrán obtener vinos muy diferentes entre sí, con cualidades muy dispares dependiendo del terruño en el que se haya evolucionado.
En este sentido, avanzaba que podrán encontrarse vinos blancos y rosados con una gran intensidad aromática y frescura sin ser excesivamente alcohólicos, y unos tintos con gran potencial aromático, estructura y complejidad.
Respecto a la posibilidad de haberle otorgado la calificación de excelente, aseguraba que al único punto que le falta a la añada de 2023 para haberla obtenido es el rigor de Ribera del Duero.
Igualmente, se ha destacado el buen hacer que se está realizando con los blancos albillo, así como las medidas que se están adoptando para afrontar los elevados grados alcohólicos que se están registrando en los últimos años, como es la plantación en altura.
