Trump se rodea de fieles aliados que conducirán la futura administración sin piedad

Trump se rodea de fieles aliados que conducirán la futura administración sin piedad

Se acercan tiempos de mano dura en Estados Unidos. Han pasado siete días desde que Donald Trump recuperó la Casa Blanca y el republicano está haciendo toda una declaración de intenciones para los próximo cuatro años a medida que selecciona a su futuro equipo. Al frente de su mayor cruzada, la inmigración, ha apostado por Tom Homan, a quien ya se empieza a conocer con el sobrenombre del zar de la frontera. Como futuro director de I.C.E. (Servicio de Inmigración y Control de Aduana en EE. UU., por sus siglas en inglés), Homan es conocido por su línea dura y una de las pocas figuras capaces de llevar a cabo el ambicioso plan de deportación masiva con el que tanto ha amenazado Trump. Durante la campaña electoral llegó a decir que los migrantes indocumentados, 11 millones de personas en EE UU, envenenan la sangre del país. Tengo un mensaje para los inmigrantes ilegales que Joe Biden permitió entrar en nuestro país: empiecen a hacer las maletas ya, advirtió durante la Convención Republicana.

Este rol no requiere confirmación en el Senado, y Trump ha asegurado que su nuevo fiel defensor del control fronterizo llevará a cabo todas las deportaciones de extranjeros ilegales a su país de origen. El elegido es un exoficial de policía de 62 años que ya trabajó en la pasada administración de Trump y firmó el memorando de una iniciativa que supuso la separación de familias. Se apartó de sus progenitores a los niños inmigrantes que cruzaban la frontera sur del país de manera ilegal, con el fin de procesar a sus padres penalmente. Oigo decir a mucha gente que una deportación masiva es racista, pero no lo es, aseguró en una entrevista con la cadena CBS, debería ser una amenaza solo para la comunidad inmigrante ilegal, y después de una histórica crisis como la que tenemos en ese sentido, es algo que tenemos que hacer.

El republicano también acaba de ofrecerle a Elise Stefanik la representación de EE. UU. ante la ONU. De nuevo Trump elige una mujer para un puesto clave (la primera fue Susie Wiles, la semana pasada, como jefa de gabinete). Stefanik, congresista de Nueva York de 40 años, lideró los esfuerzos para contrarrestar el antisemitismo en las universidades estadounidenses y es conocida en su partido por una acérrima defensa de Israel, así que esta decisión podría cambiar la posición de EE UU en el organismo en cuestiones internacionales. El trabajo que tenemos por delante es inmenso, ha explicado al medio nacional The Post, vemos que el antisemitismo se dispara junto con cuatro años de liderazgo estadounidenses catastróficamente débil que debilitó terriblemente nuestra seguridad nacional y disminuyó nuestra posición ante los ojos de adversarios y partidarios.

La legisladora ha apoyado al que ahora será su jefe en los momentos más difíciles. Se opuso a certificar la victoria de Joe Biden en 2020, alimentando las falsas teorías de fraude electoral. No siempre ha sido la mayor admiradora de Trump, en 2017 votó en contra de su plan fiscal, pero el presidente electo parece habérselo perdonado porque durante la campaña republicana su nombre sonó incluso como posible compañera de fórmula, ocupando el puesto que ahora ocupa JD Vance.

Trump no quiere dudas, ni manos poco firmes en su nueva administración, esta vez no habrá nadie en su equipo que no piense íntegramente como él. Por eso quedan a un lado la exembajadora ante ONU, Nikki Haley, la mujer que le desafió en las primarias del partido y luego se apartó para dejarle sitio, y Mike Pompeo, que no descartaba recuperar su puesto de secretario de Defensa, a pesar de que en julio esbozó un plan más duro para apoyar a Ucrania que pedía el aumento de los envíos de armas y extremar las medidas contra el sector energético ruso.

Cada nuevo nombramiento que Trump realiza, supone otro paso más hacia una versión 2.0 del republicano más reforzada e intransigente que su primera presidencia. Ya se conoce el nombre del subdirector de política de la Casa Blanca, Stephen Miller, quien fue asesor en el primer mandato del republicano. Está detrás de muchos de los discursos y planes más radicales de Trump, como la separación de familias o la antigua prohibición de viajar a países predominantemente musulmanes.

Más complicado está siendo elegir al director del Departamento de Justicia (DOJ, por sus siglas en inglés). La persona elegida será la encargada de gestionar las causas penales que enfrenta Trump, por lo que seguramente sea la decisión más importante que tiene que tomar el presidente electo. Es el departamento donde más nervios hay por el regreso de Trump, por lo que algunos abogados ya están decidiendo marcharse antes de ser despedidos, sobre todo el fiscal especial Jack Smith, azote judicial del presidente electo. Al cierre de esta edición el elegido o elegida seguía siendo un misterio.

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