Cruz Roja ha alertado sobre la creciente vulnerabilidad de las mujeres mayores frente a la “violencia silenciada” y ha lanzado una campaña de concienciación en el marco del Día Mundial contra el Maltrato y Abuso a Mayores, que se celebra este sábado, 15 de junio. El objetivo de esta iniciativa, bajo el lema ‘Vaya a mayores’, es visibilizar esta problemática y fomentar el buen trato hacia las personas mayores.
Según Cruz Roja, en 2023, aproximadamente una de cada seis personas mayores de 60 años sufrió algún tipo de maltrato en entornos comunitarios. Durante este mismo año, la organización atendió a 2.368 personas, de las cuales más de 2.000 eran mujeres, lo que subraya la necesidad de enfocar los esfuerzos en atender sus necesidades específicas.
El boletín “La vulnerabilidad social de las personas mayores atendidas por Cruz Roja en el contexto generado por la crisis Covid-19” (diciembre 2021) reveló que el 23,6% de las personas mayores encuestadas reportaron haber experimentado situaciones discriminatorias, como la imposibilidad de tomar decisiones propias (8.6%) y la justificación de sus dolencias en el ámbito sanitario como “cosas de la edad” (8%). Estas tasas de maltrato están en aumento, según la ONG.
Cruz Roja explica que el maltrato puede presentarse en diversas formas: físico, sexual, psicológico o emocional; por razones económicas o materiales, abandono, desatención, negligencia e incluso autonegligencia. “El maltrato más sutil, que se perpetra desde la sociedad y se manifiesta como una visión estereotipada y negativa de las personas mayores, es el llamado edadismo, y favorece entornos discriminatorios y no igualitarios”, señaló la organización.
Las mujeres mayores sufren de una “violencia más silenciada”
Aunque las mujeres suelen ser más abiertas para hablar sobre sus problemas con el personal de Cruz Roja, el maltrato en esta etapa de la vida sigue siendo un tabú. Además, los recursos de ayuda “no están diseñados para ellas y, en ocasiones, pueden sufrir revictimización cuando el agresor permanece en su vivienda, obligándolas a refugiarse en una residencia de mayores”.
Mensajes como “respetar sus decisiones” o “valorar su experiencia vaya a mayores” recuerdan que tomar decisiones por otras personas sobre cómo vivir o qué hacer anula su voluntad y las infravalora. Estas prácticas, advierte Cruz Roja, aunque estén acompañadas de buena voluntad, constituyen maltrato y pueden ser ejercidas por hijos, hijas, pareja y otros familiares.
La dependencia para satisfacer sus necesidades básicas coloca a las mujeres mayores en riesgo de abuso físico, psíquico, sexual y económico. Esta vulnerabilidad se agrava por la dificultad de muchas de ellas para defenderse y solicitar ayuda, frecuentemente debido a un desconocimiento de sus derechos. A esto se añade el rol que han desempeñado durante su vida, como responsables de los cuidados y la educación, y la tendencia a mantenerse calladas para no ponerse en peligro ni contradecir la opinión popular. “El miedo a rehacer sus vidas sin sus parejas o familiares refuerza esta situación de sumisión, llevándolas a cuestionarse como madres o esposas y a sentir culpa”, señala Cruz Roja.
Muchas personas mayores no reconocen estas experiencias como maltrato debido a una percepción distorsionada de la violencia en la pareja o el entorno familiar. Por ello, Cruz Roja subraya la urgencia de promover la concienciación sobre los derechos de las personas mayores y asegurar políticas y servicios que protejan su bienestar, combatan la violencia y garanticen una vejez digna y segura, especialmente en el caso de las mujeres.
Asimismo, la sociedad en su conjunto tiene ciertos maltratos asumidos por ser más sutiles. “Frente a la violencia física y psicológica, más reconocible en la actualidad, los malos tratos bienintencionados, la visibilización de la mujer mayor, el aprecio y la promoción del buen trato son tareas pendientes, que deberían ir a mayores”, concluye Cruz Roja.
