La sanidad, tras el paro, es el problema que más preocupa a los andaluces, según el último barómetro del Centro de Estudios Andaluces (Centra). Los problemas en la Sanidad conformaron, precisamente, la viga maestra –más allá del desgaste después de casi cuatro décadas de gobierno e incluso del caso de los ERE fraudulentos– cuyo resquebrajamiento supuso el fin del PSOE en la Junta de Andalucía. Las mareas blancas, entre otras cosas, se llevaron por delante a Susana Díaz en la presidencia. Su sucesor, Juanma Moreno, lleva seis años tratando de hacer frente a lo que puede ser una situación de colapso del sistema debido a un aumento de la asistencia y de fondos que no logra abarcar el crecimiento exponencial de la demanda en un contexto de déficit de profesionales sanitarios que ha llevado, por ejemplo a encarar el verano con un 16% menos de plantilla. Entre medio, hubo una pandemia que dejó el sistema también en cuadros. En el ecuador de su segunda legislatura, Juanma Moreno ha movido ficha sustituyendo a Lina García por Rocío Hernández. Según fuentes de la Junta, con el cambio hay grandes expectativas de que en un corto período de tiempo se vean resultados en los dos principales frentes abiertos: las listas de espera y la Atención Primaria.
La nueva consejera de Salud , Rocío Hernández,–de la que destacan en el Gobierno andaluz la seguridad que transmite y la capacidad de organización– se estrenó en el Parlamento. La titular de Salud ha señalado que «daremos una vuelta» a las citas en Atención Primaria. La consejera, que ha recibido críticas de la oposición por no comparecer por la crisis del virus del Nilo, habló de la necesidad de «incidir en la educación» de los usuarios. «Quizás por un catarro común no hay que ir al médico», manifestó en una entrevista con Canal Sur Radio. El Gobierno andaluz en esta misma legislatura llegó a plantear la posibilidad de «blindar» la Atención Primaria por ley. El Sindicato Médico Andaluz viene advirtiendo reiteradamente que la Atención Primaria «deriva hacia el colapso». El Gobierno de Andalucía trabaja en un cambio de rumbo de la situación en lo que queda de legislatura con la dificultad añadida, como ha anunciado Juanma Moreno, de que a causa de la infrafinanciación Andalucía «ha llegado al tope de sus capacidades financieras en el ámbito sanitario, educativo y de servicios sociales».
La consejera apuesta también por un «abordaje integral» de la salud mental, en respuesta a las críticas de las formaciones políticas de izquierda, que han alertado de que la salud mental ha «desaparecido» del organigrama de la Consejería. Hernández recalcó la necesidad de «dialogar» frente a «críticas no constructivas que no conducen a nada. En todo caso, conducen al hastío de los ciudadanos».
Hernández también abordó la situación de las pruebas, como las resonancias o las ecografías, que se realizan en fin de semana: «Los aparatos están y los profesionales están. A lo mejor no es tan raro citar los fines de semana».
Sobre los sueldos de los sanitarios, la consejera señaló que se ha abordado el asunto con las organizaciones sindicales y los colegios profesionales, con los que ha mantenido ya reuniones el pasado mes de agosto. «Estamos poniendo el foco ahí», indicó. Una de las fórmulas que se barajan desde la Junta de Andalucía es la instauración de «incentivos», sobre todo, para las zonas de difícil cobertura.
En el Gobierno andaluz se valora el trabajo realizado por Lina Gálvez pero su relevo evidenció la necesidad de dar un nuevo enfoque y rumbo a una Consejería de gran complejidad y de las que más preocupan a los ciudadanos. La dedicación y valía de Gálvez –anteriormente, viceconsejera con Jesús Aguirre al frente de la cartera– fue valorada por el presidente y de ahí que haya pasado a la Consejería de Sostenibilidad y permanezca en el organigrama del Ejecutivo andaluz a pesar de las críticas que recibió por la gestión del ámbito sanitario.