Yegor Varela, de divulgar contenido jurídico en redes sociales a defender al Pequeño Nicolás

Yegor Varela, de divulgar contenido jurídico en redes sociales a defender al Pequeño Nicolás

Yegor Varela no se había ni planteado lo que quería estudiar. Por eso empezó a cursar ADE: «porque lo elegía todo el mundo». Pero lo dejó en el tercer año, tras no encontrar la motivación que tampoco tuvo al principio. Después, quiso «ponerse en serio con los estudios» y se decidió por algo que pensó que le iba a gustar –aunque también con dudas, se apuntó a Derecho y a Psicología y se metió en la primera que lo llamaron. Y tanto que le gustó: dice que, ya en el primer año, «se enamoró» y «notó pasión» por el derecho penal, a lo que se dedica ahora. Varela, de 30 años y nacido en el pueblo vasco de Sopelana, abrió una cuenta de Instagram durante su etapa universitaria que, con el nombre de «unjovenjurista», alcanzó los 50.000 seguidores. Ahí paró de crear contenido: «No quería que se comiera el personaje y que me jugara una mala pasada con mi futuro profesional», cuenta Varela. Vino a Madrid a estudiar, hizo prácticas en despachos como Herbert Smith, y el pasado mes de junio comenzó su propio negocio: bufete Yegor Varela. Su primer caso y cliente: Francisco Nicolás Gómez, conocido como el Pequeño Nicolás, por un litigio sobre una pelea en un bar con un camarero.

Varela tenía una duda existencial que se lo hizo pasar muy mal: una vez entró en la rueda del Derecho, tenía «un sueño»: opositar a judicatura –que te permite acceder a la profesión de juez o fiscal. Sin embargo, no le «cuadró»: porque fue padre joven, porque requería de muchos ingresos –cuenta Varela. En el mes de junio, el Gobierno anunció la convocatoria de las Becas Seré 2024, una ayuda para el acceso a las oposiciones de justicia de 8.000 euros anuales a 1.000 estudiantes. Unos días después el ministerio de justicia notificó se que se habían incrementado las solicitudes un 30% con respecto al año pasado, pasando de 1.189 a 1.552.

Varela, que se costeó la carrera «currando» de camarero y dando clases particulares a estudiantes de la ESO, se vino a Madrid a estudiar en la pandemia y cursó el Máster de Abogacía en la Universidad Carlos III de Madrid. Quiso especializarse: y también hizo del Derecho Penal y Derecho Procesal Penal. Además, realizó un programa de especialización en el Instituto de Estudios Bursátiles de Derecho Penal Económico –ahí es donde quiere enfocarse profesionalmente: cree que es «el futuro del derecho penal», sobre todo «para mantener un despacho activo y con ingresos».

Tras pasar por el despacho internacional Herbert Smith y por González Franco, una boutique (despacho especializado) penalista, Varela decidió el pasado mes de junio abrir su propio bufete con su nombre. Su primer cliente fue el Pequeño Nicolás, por una pelea con un camarero en 2019 en un restaurante madrileño, por el que la Fiscalía pedía un año y nueve meses de prisión por un delito de lesiones menos grave. «Lo conocí a través de un tercero y le transmití confianza. Fue bien el juicio. Hemos conseguido que una acusación no se demuestre. Y le condenaron a una multa de 360 euros pero lo he recurrido porque considero que no hay delito».

Fue en su etapa universitaria cuando decidió abrirse la cuenta de instagram con el nombre de «unjovenjurista». Ese mundo virtual que creó fue creciendo en popularidad hasta llegar a los 50.000 seguidores en la pandemia. Esa subida tuvo que ver con el debate acerca de la constitucionalidad de los Estados de alarma en el covid. «Los dos Estados de Alarma, que fueron declarados inconstitucionales, me ayudaron mucho a crecer porque yo, con un año de anterioridad a esta declaración de inconstitucionalidad, expresé en un análisis por qué era así y en los dos casos los argumentos fueron prácticamente los mismos a los míos». Esos análisis le valieron para sacar un libro: «La vulneración de los derechos fundamentales en la pandemia» (Dykinson, 2023).

El objetivo de la cuenta de Varela era divulgar sobre contenido jurídico que él creía que no se explicaba bien en los medios de comunicación. «Consideraba que de derecho no se habla, que se intenta manipular, que se intenta llevar al ala ideológica correspondiente. Y que perjudica al ciudadano», asegura Varela. Por ejemplo, dice de su libro que «la gente de derechas lo va utilizar para perjudicar al gobierno y la izquierda le va a llamar facha». Varela hace una reflexión acerca de la justicia, para que la cree que «faltan medios» y eso «seguramente lleve al juez a no realizar el trabajo como le gustaría y tener que sacar resolución de la manera más rápida posible». «¿Cuál es el problema que estamos viendo últimamente? El derecho en sí es interpretable. Dentro de esa interpretación si el juez toma una decisión concreta, si favorece a un lado o a otro, dependiendo en qué lado estés, vas a creer que no lo ha hecho por interpretarlo en derecho sino que lo ha hecho por su ideología», reflexiona Varela, que ahora, dejada atrás su cuenta de instagram se ha centrado en su profesión y quiere seguir formándose, realizando un doctorado en la Universidad de Granada, con el que cree que, además, puede dar «mayor confianza al cliente».

Ser padre joven y crear un mundo un virtual

Yegor Varela (1994, Bilbao), que creció en un barrio del norte en el pueblo vasco de Sopelana, fue padre joven. Eso ha ido moldeando su vida. Varela estudió Derecho en la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) a distancia, para poder compaginarlo son su vida. Lo decidí por las tareas que implica ser padre, el tema del cuidado, y que al principio son bebés muy demandantes, el sueño». Por eso también, cuando ya estaba metido de lleno en los estudios y con algo que le gustaba, esos cuidados familiares no le daban mucho tiempo libre. «En esos momentos no tenía mucha vida social porque estoy básicamente metido en casa estudiando y sacando adelante la familia, pues pensé en crear algo a nivel virtual».

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