Cuando cobremos

Cuando cobremos

Uno de mis hijos me pidió ayer que le comprara una calabaza llena de caramelos que le vio a otro crío en el parque. Le respondí que no, así que se puso de morros, y la niña que estaba en el columpio de al lado, una habitual del tobogán y el balancín, le miró muy seria y le dijo que no se preocupara. “Cuando cobremos en casa yo te la compro”, sentenció.

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