Hace unos días di con una historia de Instagram de una persona a la que sigo, esencialmente, por su forma de vestir. Su estilo, que a muchos quizá les puede parecer raro y extravagante, a mí me reconforta de alguna manera. Sé que, aunque yo no lo haga, es posible vestir así, y eso me da tranquilidad. Ella es perfectamente consciente de que mucha gente piensa que sus looks son demenciales y en ocasiones hace un poco de broma al respecto. De hecho, eso era lo que hacía en aquella publicación.