En la Pequeña Edad de Hielo iniciada en 1315, el clima cambió bruscamente, las lluvias torrenciales arrasaron las cosechas y la Gran Hambruna acabó con la vida de millón y medio de europeos del Norte. Muchos padres abandonaron a parte de su prole en los bosques, como se cuenta en Hansel y Gretel. En 1347, la población famélica fue presa fácil de la peste negra, procedente de Asia: 25 millones de personas perecieron en cuatro años. Europa venía de un periodo de temperaturas benignas denominado Óptimo Climático, en el cual se construyeron las catedrales: con el frío polar, los claustros hubieron de tabicarse y los espacios diáfanos de los templos se dividieron mediante forjados intermedios y falsos techos, para mantener cierto calor.
‘Polar’: alguien está diciendo ‘cómeme’
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