¿Sánchez podrá comprar a ERC?

¿Sánchez podrá comprar a ERC?

ASánchez le funcionó bien comprar los votos de Junts y ERC para su investidura a cambio de la amnistía. Me temo que se ha aficionado a este sistema en el que la ideología y los principios éticos no importan. ERC le ha puesto sobre la mesa una serie de exigencias que son un auténtico escándalo, porque consagrarían mayores privilegios, incluido, el referéndum. No hay que llamarse a engaño. La investidura de Salvador Illa sería a cambio de una financiación singular para Cataluña. Es decir, que se fastidien el resto de las comunidades ya que recibirán menos recursos y estarán sometidas a los caprichos del sanchismo. ERC sufre una crisis profunda y no se venderá a cambio de unas baratijas. No creo que acepte el chantaje de Sánchez, pero nunca se sabe. Todo es muy incierto. El líder del PSOE ha optado por despreciar y relegar a Puigdemont, ya que no puede esconder la antipatía que siente por él. No sé muy bien en qué galaxia vive cuando afirma que el futuro de Cataluña depende de la relación entre PSC y ERC. Me temo que debe pensar que no es verdad que depende de lo que quiera hacer el expresidente catalán con sus siete diputados.

El problema es mayor, ya que ERC se arriesga a ser considerada como unos botiflers si se entrega, otra vez más, a los socialistas. Lo sucedido desde las primeras elecciones autonómicas de 1980 hasta ahora demuestra que a ERC solo le funciona la coherencia ideológica y no ser una colección de monaguillos del PSC. Puigdemont acierta al definir la propuesta de Sánchez de una financiación singular como un chantaje, pero también advirtiéndole de que la estabilidad de su gobierno depende de su grupo parlamentario. La operación para acabar con el expresidente catalán ha fracasado y se puede convertir, además, en el baluarte para impedir los ataques de Sánchez contra el Estado de Derecho y la separación de poderes. Es una paradoja fascinante, porque un independentista garantizará que el sanchismo no pueda triunfar. Esas leyes y reformas legales que quiere emprender son impropias de cualquier democracia. La campaña de acoso emprendida por Sánchez es contra los medios de comunicación y los jueces, pero mañana puede ser contra Puigdemont y sus seguidores porque ya lo hizo y se sentía muy orgulloso.

Francisco Marhuenda es catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE)

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