Imanol Pradales, el nuevo lendakari: pragmatismo ante todo

Imanol Pradales, el nuevo lendakari: pragmatismo ante todo

Es ya el sexto lendakari del Gobierno Vasco desde la restauración democrática. Y tras ser elegido por mayoría absoluta gracias a la coalición del PNV con el Partido Socialista de Euskadi (PSE), ha tomado posesión bajo el Árbol de Guerrnica como manda la histórica tradición en esta comunidad autónoma. Imanol Pradales, sucesor de Íñigo Urkullu, pivotó su discurso de investidura sobre tres pilares: fomento de la economía, bienestar social y mayores cotas de autogobierno, aunque precisó que esta estrategia de relación bilateral con el Estado se abordará sin salirse de la legalidad constitucional vigente. «Creo en una Euskadi plural, próspera, abierta, justa y libre», aseguró Pradales en la línea pragmática de su partido, siempre a caballo entre un discurso que reivindica la «nación vasca» dentro del Estatuto y las exigencias de transferencias económicas e industriales para la sociedad vasca. El PNV y los socialistas repiten su alianza desde 2016, abogan por políticas de mejorar la sanidad, la vivienda, el empleo, ofertas a los jóvenes y un marco estatutario de avance en el autogobierno con un tupido velo al pasado terrorista de ETA y el derecho a decidir, que le recriminó el candidato «abertzale» de EH-Bildu, Pello Otxandiano. Con diez consejerías para el PNV y cinco para el PSE, el nuevo lendakari lo tiene claro: «Mayor exigencia social, prosperidad económica y también mayor gobierno».

Representa el relevo generacional frente a los tradicionales «jerarcas» del Partido Nacionalista Vasco. Imanol Pradales Gil, un diputado foral prácticamente desconocido, se instala en la Lehendakaritza con 49 años. Pese a su juventud, ha forjado su vida en las bases del PNV, donde sus padres y casi toda su familia militan desde hace mucho tiempo. Fue el único candidato en sufrir un percance durante la campaña cuando un exaltado le roció la cara con gas pimienta al finalizar un mitin en Barakaldo. «Estuve ciego diez minutos», recuerda Pradales, que se recuperó después en una cura en el hospital, tras la que acudió a un debate electoral en la ETB. Durante toda la campaña exhibió su fama de buen gestor, conocimientos económicos y duelo dialéctico con el adversario soberanista de EH-Bildu, que le pisaba los talones en las encuestas. En su mensaje de ofrecer la cara amable del nacionalismo vasco frente a los herederos de Herri Batasuna, aseguró que la tensión vivida tantos años bajo la crudeza de ETA «ha bajado la pulsión independentista». Su discurso se basó en la moderación, las buenas cifras económicas y la calidad de vida en el País Vasco bajo los gobiernos del PNV en la sede de Ajuria Enea.

Con su discurso logró captar el voto de los indecisos (que se situaban en un 30 por ciento), insistió en que la comunidad se merece un lendakari que «llame por su nombre a todas las formas de terrorismo» y advirtió de que un gobierno de EH-Bildu habría salido muy caro en materia económica por sus postulados radicales.

Nacido en Santurce, un «vizkaitarra» puro, es licenciado en Sociología y Ciencias Políticas por la Universidad de Deusto. Siempre fue un apasionado de la política, que vivió desde niño con sus padres, Manuel y Rosa, veteranos militantes del PNV. Imanol es el mayor de cuatro hermanos, estudió en el colegio Asti Leku Ikastola y allí tuvo como profesor de Lengua y Ciencias Naturales a su antecesor, Íñigo Urkullu. Confiesa que pudo ingresar en la prestigiosa Universidad de Deusto gracias a una indemnización que recibió su abuelo por haber combatido en la Guerra Civil. Fue precisamente Urkullu quien le animó a dar el salto a la política, y a quien Pradales considera un referente por su buena gestión económica durante doce años. En un partido tan piramidal y marmóreo como el PNV, Imanol conjuga el espíritu pragmático, educado y dialogante de Urkullu, con la brillante oratoria del histórico Xabier Arzalluz. Es la cara de un nuevo nacionalismo formado y práctico.

«Euskadi tiene que ser un ejemplo de estabilidad en el Estado español y en Europa», proclama el nuevo lendakari tras su juramento en la Casa de Juntas de Guernica. Acredita experiencia de gestión como diputado foral de Vizcaya en las carteras de Promoción y Desarrollo Económico, Infraestructuras y Territorio. Sus amigos le definen como «un chaval de barrio», nacido en el seno de una familia humilde y trabajadora del barrio de Mamárriga, en Santurce, donde su madre, peluquera, y su padre, maestro industrial, las pasaron canutas para dar estudios superiores a sus hijos. De hecho, cuando los negocios se fueron a pique, la madre de Imanol cocinaba en los «batzokis» del partido y su padre era conductor.

Casado, padre de una niña de dos años, apasionado remero en La Bandera de La Concha, Zarauz y Hondarribia, la joven cara del nacionalismo vasco rema ahora en Ajuria Enea. Conoció a su esposa, Laura Sáez, precisamente gracias a este deporte, su gran pasión durante muchos años en la Sotera de Santurce, y participó en La Bandera de La Concha, la competición de traineras más importante de San Sebastián, conocida como la Olimpiada del Remo.

Hasta ahora ha llevado una vida muy discreta con su hija pequeña en su casa de Portugalete, y aunque podrían mudarse a la residencia oficial del presidente vasco en Vitoria, Imanol Pradales se siente muy orgulloso de sus orígenes: «Procedo de una familia humilde, soy de barrio, de la margen izquierda, esto imprime carácter», asegura. Visiblemente emocionado en su jura ante el árbol de Guernica, recibió la «makila», bastón tradicional vasco símbolo de autoridad y respeto, de manos de su antecesor Urkullu y recordó a su padre, veterano militante del PNV fallecido en 2018, a quien estaba muy unido. Asegura afrontar una nueva etapa como lendakari y esgrime una voluntad de pactos y diálogo para un tiempo nuevo. Pragmatismo ante todo.

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