¿Begoña Gómez está indefensa?

¿Begoña Gómez está indefensa?

En primer lugar, hay que insistir siempre en la presunción de inocencia que tiene cualquier persona. Es muy desagradable declarar, aunque sea ante el juez más amable del mundo. Hay que acudir tranquilo y con la total certeza de que nadie puede sentirse indefenso, porque goza de todas las garantías que otorga nuestro sistema judicial que es, por cierto, uno de los mejores del mundo. No lo digo por patriotismo, sino con pleno conocimiento de causa. Nuestros jueces no son políticos, sino profesionales al servicio de la legalidad. A pesar de que algunos sean defensores del uso alternativo del Derecho y promuevan una justicia popular controlada por los poderes Ejecutivo y Legislativo son, afortunadamente, una exigua minoría. Nuestro modelo de carrera profesional garantiza la independencia que establece la Constitución y que debería incluir a la Fiscalía. Es un modelo que desagrada al sector más radical de la izquierda política y mediática. La sobreactuación que estamos viviendo estos días, con la causa que afecta a la mujer del presidente del Gobierno, es un auténtico disparate.

No me importa que algunas personas se molesten, pero me gustaría que Begoña Gómez fuera inocente. Es algo que extiendo a otras personas que se ven afectadas por procedimientos judiciales. No nos corresponde a los periodistas establecer su inocencia o culpabilidad, aunque es interesante el comportamiento que tienen algunos medios de comunicación. Es bochornoso leer determinados titulares o columnistas que atacan brutalmente a Ayuso y su pareja mientras exoneran, sin conocer el procedimiento y haciendo gala de una ignorancia jurídica impresionante, a Begoña Gómez. No hay más que constatarlo en el aparato propagandístico que controla Contreras al servicio de La Moncloa, así como en algunas televisiones, radios y periódicos. No entiendo tanto nerviosismo. No creo que ninguno haya hablado con la afectada y se limitan a seguir consignas. Por supuesto, saben más que el juez, los abogados de las partes, los fiscales y los catedráticos de la materia. Es un error alcanzar este nivel de politización sometiendo al magistrado a una presión intolerable como han denunciado las asociaciones profesionales. El Derecho no es una ciencia infusa ni tampoco un territorio donde puedan pastorear los chamanes como Contreras y su cohorte pretoriana que promueven la inocencia de Begoña Gómez como si fuera una verdad revelada. Hay que dejar trabajar al juez.

Francisco Marhuenda es catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE).

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