Objetivo: envejecer con salud para poner más vida a los años

Objetivo: envejecer con salud para poner más vida a los años

La esperanza de vida en España es de 80,3 años para los hombres y 86,1 para las mujeres. Además, la previsión es que este horizonte siga creciendo, por lo que cada vez habrá un mayor colectivo de la denominada tercera edad. Esta situación plantea un nuevo escenario en el que un gran número de personas mayores de 65 años, que ya han finiquitado su carrera profesional, se enfrentan a otros 20 o 25 años de su vida, en los que deben de tener su lugar en la sociedad, que deberá adaptarse e ir descubriendo cuáles son las necesidades de estas personas.

Sobre esta y otras cuestiones debatieron el grupo de expertos convocado por La Razón Comunidad Valenciana en el Hotel Westin alrededor de la Mesa de Debate sobre Longevidad, en la que estuvieron presentes profesionales de la medicina, de la asistencia social y de la Administración.

La directora general de Dependencia, Beatriz Simón, aseguró que el abanico de circunstancias y situaciones dentro de la denominada tercera edad es muy grande: «No tiene nada que ver una persona de 62 años con otra de 102», pero todas requieren de recursos. En este sentido, destacó la necesidad de un «cambio de mirada», primero desde la administración y luego desde la sociedad, sobre el concepto de personas mayores.

«Es muy importante que no se vea a este grupo de población solo como necesitados de recursos sociales. Hay muchas personas mayores que, una vez alcanzan la edad de jubilación, emprenden o hacen cosas que no han hecho de jóvenes, y esas personas también necesitan de nuestra ayuda y de nuestros recursos. Es otro modelo de persona mayor».

Por su parte, el vicerector de Investigación de la Universidad Católica de Valencia (UCV), José María Tormos, aseguró que el gran reto de la medicina del siglo XXI es el envejecimiento activo y saludable. En este sentido, recordó que, así como anteriormente sucedió con las enfermedades cardiovasculares, ahora son las patologías neurológicas el gran desafío de la época moderna, por lo que desde la UCV se ha lanzado el Valencia Challenge, que investiga y promueve la salud cerebral desde etapas tempranas.

En este sentido, explicó que se ha demostrado que el hecho de desarrollar una enfermedad clínica neurológica está relacionado con hábitos como dormir bien, la actividad física, la socialización, tener un propósito vital y estímulos cognitivos. «No hay un motivo para tener 99 años y no estar bien», señala el investigador.

Tormos explicó que el 80 por ciento de la discapacidad asociada a la demencia está asociado al estilo de vida. «Personas que hoy empiezan a tener problemas de memoria, hace 25 años que empezaron a desarrollar la enfermedad. Sin embargo, dos de cada cinco personas que tienen demencia nunca llegan a desarrollar la enfermedad clínica. ¿De qué depende esto? Del estilo de vida».

Y precisamente con este objetivo trabajan también en Palasiet Thalasso Clinic & Hotel, donde implementan una serie de tratamientos destinados a los hábitos saludables relacionados con la alimentación, el trabajo de fuerza muscular y el descanso. En este sentido, Irene Domínguez, tecnóloga de alimentos del centro, explicó durante el foro que «los hábitos de vida constituyen el 75 por ciento del envejecimiento activo positivo y con calidad».

«Hemos instalado una actividad denominada ‘el despertar vital’. Les hacemos levantar a las 6 de la mañana, para que vean el amanecer, meditamos, para bajar el estrés y cuando volvemos nos introducimos en el baño frío. Eso aporta unos beneficios, porque somos seres diurnos. El sol es lo que hace que el metabolismo empiece a trabajar. Cuando ellos saben todo esto, les motiva, y dicen ‘¿por qué nadie me había dicho esto antes?’. Pero nunca es tarde para el autocuidado».

Por su parte, Lourdes Ramón, orientadora del centro, que trabaja con personas desde los 45 hasta los 70 años, señaló que los pilares en los que se sustenta su trabajo integrativo son la «thalassoterapia», la nutrición, el acompañamiento emocional y la medicina integrativa.

En cuanto a la parte emocional, organizaciones como la Fundación Amics de la Gent Major, cuya patrona en Valencia, María Amparo Company, participó en el encuentro, se encargan de acompañar a personas mayores en soledad no deseada. «Las flores antes que el pan. El pan es necesario pero las flores son el afecto», apuntó. Con la ayuda de 600 voluntarios, esta organización trabaja con 45.000 personas mayores de 75 años en Valencia y área metropolitana.

Company aseguró que «vivimos el proceso de hacernos mayores como una pérdida: de identidad, de autonomía, de independencia», y «la administración tiene que hacer muchas cosas, pero no todo está en sus manos, las personas tenemos que ser cuidadoras de las personas».

A lo que Tormos añadió que «hacerse cargo de los mayores es un reto que compite con otros muchos, pero si aparcamos a los mayores no estamos obrando bien con ellos, y tampoco con nuestros hijos, porque estamos creando una sociedad que no respeta el principio de solidaridad».

«Si no somos capaces de proyectar un mensaje de que tenemos que devolver ese cariño a las personas que nos han cuidado, desde un principio de generosidad, estamos perdiendo una gran oportunidad de generar una sociedad más cohesionada».

Cambiar el modelo asistencial

Como responsable del sector asistencial a la tercera edad, Simón aseguró que es necesario cambiar el modelo. «Las personas quieren estar en su entorno el máximo tiempo posible, y hay que dar a las familias recursos para que así sea, ahora bien, hay que aceptar que habrá personas que acaben en una residencia», señaló.

En este sentido remarcó la importancia de cambiar la mirada y el modelo. «Hay que cambiar la palabra ‘ingresar’ en una residencia, por ‘mudarse’. Tenemos que cambiar la manera de hablar».

En cuanto al modelo de «macroresidencias», que se está empezando a prohibir en algunos países del norte de Europa, indicó que «nosotros no podemos ir hacia ese modelo porque estamos en un estado de maduración en el que sería inviable». Sin embargo, resaltó que, más importante que el tamaño del centro, es la organización del mismo. «La cuestión es que tu unidad convivencial te permita tener un espacio con unas personas».

«Les hemos obligado a un modelo residencial muy hospitalario, en el que la Administración cree que sabe lo que les conviene. No puedes hablarle a una persona mayor como a un niño. El modelo de atención integral tiene que estar centrado en la persona». Pero para eso hacen falta recursos, recordó Simón, para lo que, a día de hoy, es necesaria la colaboración público-privada.

Tormos, por su parte, coincidió en que hay que «desanitanizar» la atención a las personas mayores y promover la salud y los buenos hábitos. «Hay que promover servicios cuya implementacion sea sostenible. Si queremos que las personas hagan cosas, hay que ponérselo fácil. El médico de familia esta desbordado y desmotivado. Tenemos que darle la vuelta a la tortilla y plantear esto desde un punto de vista de promoción de salud».

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