Preparando la provincia del futuro

Preparando la provincia del futuro

Lo he dicho muchas veces. Si para algo debe servir la política es para resolver los problemas reales de la gente. Y añado que también es útil y cumple su función cuando sienta las bases para que las generaciones futuras vislumbren siempre un horizonte lleno de esperanza y posibilidades.

Y esas dos aspiraciones casi deontológicas son las que han cimentado la acción del gobierno durante el primer año de mandato al frente de la Diputación de Sevilla. En eso tenemos puesto todo el empeño desde el equipo de gobierno y, prueba de ello, son las múltiples propuestas y acciones concretas que hemos materializado en distintos ámbitos de la gestión.

Hitos como la puesta en carga de un nuevo presupuesto para 2024 de 558 millones de euros, acompañado además por un plan extraordinario, el «Más Sevilla», que garantizan el servicio y la asistencia técnica y económica a los Ayuntamientos de la provincia, atendiendo a las particularidades de cada territorio y municipio.

Y nuevas propuestas que, poco a poco, van tomando forma para ser desplegadas en los tres años siguientes de mandato que nos restan.

Cabe citar ahí, por ejemplo, la revisión que estamos acometiendo en el ámbito de nuestra política cultural, hablando con el sector para ese objetivo. O las nuevas propuestas en clave de igualdad y diversidad que se vienen ofreciendo desde el ámbito de la cohesión social, sin olvidar la cobertura que seguimos desplegando con los más vulnerables, a través de programas de empleo, de ayudas de emergencia y de atención domiciliaria. Y, por supuesto, con el firme convencimiento que tenemos que continuar con el trabajo de recuperación de la Memoria Democrática en Sevilla y provincia.

Igualmente, hemos abierto de par en par la Diputación con una convocatoria de dos millones de euros destinada a entidades sociales y culturales sin ánimo de lucro, para que sea la sociedad civil la que proponga y acometa también proyectos y acciones concretas.

Y junto a esa «media vuelta» plasmada en muchos programas, también hemos planteado acciones de gobierno que necesitan del apoyo y trabajo conjunto de otras administraciones.

Es destacable, en este apartado, las diez propuestas que hemos trasladado al presidente de la Junta de Andalucía en un documento que hemos titulado «Sevilla de 10» y cuya aspiración no es otra que la de contar con servicios de primer nivel en la provincia de Sevilla.

Y en ello estamos a la espera de respuesta por parte del gobierno andaluz porque, como ya he adelantado otras veces, la Diputación está dispuesta a remar junto a otras instituciones para dar el salto que Sevilla y provincia necesitan.

Porque necesitamos un salto cualitativo en ámbitos como la política industrial, donde es inexcusable la revisión de las áreas de oportunidad o la ampliación de Aerópolis. Un salto en movilidad sostenible y en la gestión y uso del agua. Y un avance claro y firme en cuestiones como la gestión de residuos, la mejora de la sanidad o el reto demográfico.

Esas son las vías para resolver los problemas de la gente y cumplir uno de los dos requisitos que la política debe cumplir para ser útil y de verdad. Pero como apunté también al inicio, la acción de gobierno debe sentar las bases para que las generaciones futuras vislumbren siempre un horizonte lleno de esperanza y posibilidades.

Y llegados a este punto, de lo que se trata y a lo que aspiramos desde la acción de gobierno provincial es a preparar la provincia del futuro. Y eso, inexcusablemente, pasa por tener muy en cuenta a los jóvenes. A nuestros jóvenes, tan cargados de talento y sueños y, sin embargo, con numerosos obstáculos en su camino hacia el progreso y el bienestar.

Y cabe hacer una somera radiografía llegados a este punto. Porque es un hecho claro que, en los últimos lustros, los jóvenes han visto laminada su acumulación de riqueza. A los 34 años tienen entre un tercio y una cuarta parte del ahorro de los nacidos en los 70; y a los 28 años, la generación del 90 no llega ni a la décima parte de aquellos ahorros.

Y por si fuera poco, el optimismo no es la nota dominante de cara al futuro. Porque en una encuesta del CIS realizada en junio de este año, el 58% de los ciudadanos cree que los jóvenes van a vivir peor a lo largo de sus vidas que sus padres.

Es decir, que se ha extendido la idea de que las generaciones anteriores lo tuvieron más fácil, ya que pudieron independizarse y construir un futuro más rápidamente, porque tuvieron más oportunidades y más dinero. De hecho, ahora los jóvenes no logran equipararse al resto de los trabajadores hasta que cumplen 34 años. Antes esto ocurría cuando se cumplían los 27.

Y si hablamos de acceso a la vivienda, los datos no son mejores. Alquilar una vivienda completa libre supone para una persona joven asalariada (de 16 a 29 años) un esfuerzo del 85,1% de su salario neto; y de un 63,1% en personas de entre 30 y 34 años.

Pues bien, frente a ese inquietante panorama, la Diputación de Sevilla también ha planteado iniciativas y propuestas de calado.

Concretamente, para propiciar una formación potente de la gente joven que les permita escalar socialmente gracias a sus estudios, la entidad provincial aspira a crear nuevas residencias universitarias, en un esfuerzo conjunto con las universidades públicas sevillanas. Una red residencial para los jóvenes para que el talento que tienen, esté en la Sierra Sur, en la Sierra Morena o en cualquier otro lugar, tenga la oportunidad de hacer una carrera universitaria y, por ende, poder incorporar ese talento a la sociedad.

Y en esa misma línea de apuesta por los jóvenes, desde la entidad provincial hemos lanzado ya el Master Plan del que será un barrio modelo, al sur de la ciudad de Sevilla, en los terrenos de Cortijo de Cuarto.

Un entorno en el que más de la mitad de las 5.500 viviendas serán de carácter público, pensadas especialmente para los jóvenes, con la intención de que esa emancipación que tanto le cuesta hoy a este sector de la población llegue antes y con garantías.

En definitiva, desde la Diputación creemos firmemente que los jóvenes son el futuro. Y frente al crecimiento de los populismos y del desapego hacia la política, el mejor antídoto es la educación y las oportunidades para las generaciones venideras, todo ello plasmado en vivienda asequible, formación de calidad y oportunidades laborales adaptadas a los nuevos tiempos.

Solo persiguiendo objetivos como estos podremos legar un futuro mejor para las generaciones venideras.

Javier Fernández es Presidente de la Diputación de Sevilla

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