Mamis Digitales: oportunidades que cambian vidas

Mamis Digitales: oportunidades que cambian vidas

Son muchas las mujeres a las que incorporarse al mercado laboral después de ser madres les resulta complicado. Otras muchas, su situación en el trabajo cambia por completo cuando toman esta decisión. Otras que quieren cambiar de sector laboral o que quieren un puesto más flexible con el que poder compaginar su vida personal. Una realidad para muchas personas, aunque otras tantas ni se la replanteen, y de la que nació la iniciativa Mamis Digitales.

Allá por 2010, al frente de una agencia, Franc Carreras, su co-fundador, lo vio claro: «Billie Sastre, mi socia, y yo, nos encontramos con que en los dos últimos años, la mitad de nuestra plantilla había decidido ser madre. Algo normal, yo también fui padre entonces, y era así por la flexibilidad que ofrecíamos». Las presiones del mercado y las diferencias entre socios, les obligaron a cerrarla e intentaron que todas sus empleadas mantuvieran su puesto y pasasen a trabajar directamente con los clientes. «En la despedida, todas estaban muy agradecidas, pero nos confesaron que se estaban encontrando con que en sus nuevos trabajos les exigían una presencialidad que ya no les interesaba». Entonces se preguntaron: si es un trabajo que se puede hacer desde cualquier lugar, ¿por qué no dar esa flexibilidad?.

«Entendimos que trabajando por su cuenta, como «freelance», podrían decidir su horario, el lugar desde el que trabajan y compatibilizarlo con su vida personal. Ahí nació la idea de enseñar a esas madres a desempeñar estos puestos de trabajo», explica Carreras. Ocho años después, ya han dado soporte a cinco mil madres en 29 países y han pasado de dar formación como community managers a seis profesiones distintas. Asistente virtual, copywriter, e-commerce… «Algunas han llegado a hacerlo en varias sólo para dar un mejor servicio a sus clientes». Algo a lo que han llegado gracias a la colaboración con otros padres y madres, con otros conocimientos, que se han sumado a este proyecto enseñando su profesión a través de su metodología, única en el mercado, creada desde cero y que les permite trabajar con el móvil, gracias a microcontenidos, desde donde quieran y creando una gran comunidad. Este último, dice, es su gran elemento diferenciador respecto a cualquier otro tipo de formación. Cuentan con grupos de trabajo y una tutora con quién comparten sesiones en directo y les da su apoyo. «Cuando juntas a personas parecidas, con la misma problemática, te encuentran con que se ayudan mutuamente. Cuando una tiene éxito, también se contagia. Puede que a nosotros nos vean como a alguien diferente, con experiencia o cierto nivel, pero ellas son iguales. Fomentamos esa comunidad y ellas se enorgullecen de forma parte ». Basta con tres meses de formación para poder alcanzar la titulación y salir a buscar su primer cliente, y son más del 72% de las mamis que lo encuentran a la primera. «Lo más bonito que nos han dicho algunos papás es que han decidido tener otro hijo porque, gracias a esta formación, se lo pueden permitir», confiesa el co-fundador. Pero no es sólo esta cara por la que pueden sacar pecho, también por el beneficio que los más pequeños obtienen de ello. «Los niños están felices porque su madre ya puede llevarles al médico, tiene tiempo para jugar con ellos o pueden ir a verle jugar ese partido o esa actuación que es tan importante para ellos».

«Ofrecemos mujeres formadas y con ganas de trabajar, pero lo más bonito es ver su transformación. Nos encontramos que se siente pequeña, que las han tratado mal o que sienten que no valen porque han estado fuera del mercado laboral por decidir cuidar a su hijo los primeros años, con inseguridad por volver o porque no quieren dejar de estar ahí. Respetamos mucho a las que quieren salir a trabajar, pero todas las que no quieren tienen que tener la opción y la tecnología nos lo permite». Ángela Molano tenía un hijo de un año y estaba trabajando limpiando casas desde que emigró de Colombia, su país natal, dónde ejercía de abogada cuando conoció Mamis Digitales. «No lograba encontrar un trabajo que se ajustara a mi formación y mi objetivo era encontrar uno que pudiese hacer, pero no estaba segura de que fuera una plataforma de confianza, porque veía imposible reinventarme a través del móvil». Un año después, tras un intento autolítico a causa de una depresión que le llevó a estar sin movilidad por tres meses, su marido le animó a estudiar y seguir formándose. «Vi uno de sus directos y me animó a volver a caminar y a empezar una nueva vida». Ahora, es asistente virtual y está en plena búsqueda de su primer cliente.

Por su parte, Raquel Silva Escribano llevaba once años trabajando en una empresa, decidió tener su primera hija y no tuvo ningún problema. «Cuando vino el segundo, empezó un acoso laboral tremendo en el que aguanté un año y medio que derivó en una depresión tras el divorcio del que era mi marido, con quien tengo dos hijos». Gracias al apoyo psicológico, logró salir del hoyo, encontrar un nuevo trabajo y conoció a su actual pareja. «Se dedicaba al mundo de la informática y cogió una excedencia para dedicarse a su propia empresa online. Le ayudaba tanto, que me animó a estudiar algo relacionado con ello», cuenta. Después de un máster a distancia, del que no aprendió nada, conoció a una mujer que se había formado en Mamis Digitales. «Me sorprendió que, en sólo tres meses, estuviese formada y encontrase su primer cliente, porque yo me veía incapaz de venderme a mí misma y lo que puedo ofrecer». En 2022 se formó como Community Manager, entro en mentoría e hizo la metodología de copywritter y media buyer. «A partir de ahí, me convertí en otra persona. Creo en mí, estoy fuerte y ayudo a las demás. Lo bueno de la comunidad es que no somos rivales, somos compañeras de un mismo equipo».

Han creado la Fundación Comes Montiel

Acaban de firmar una colaboración con la Escuela de Negocios de Barcelona que certifica todos sus cursos y de crear una fundación que les ayuda a conectar a las «mamis digitales» con empresas. Especialmente, en ese primer cliente, el más difícil. Y más para las que llevan largas temporadas sin trabajar o por circunstancias diferentes. «Les ofrecemos un curso que les enseña cómo acercarse a los clientes, cómo encontrarlo, a negociar, a poner precio o a gestionar esa carga elevada de trabajo», explica Natalia Rodríguez, presidenta de la Fundación. El próximo paso es llegar al resto del mundo de habla hispana. «Nos vamos a focalizar en Estados Unidos. Sabemos que hay un mercado enorme de madres que lo necesitan, con otra problemática distinta, pero abiertas a nuestra manera de enseñar. Esperamos estar pronto en Miami y en la Costa Este.Así, llegaremos a madres que lo necesiten y además, dar oportunidades de trabajo a las madres de aquí para que lo hagan allí»

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