Triunfo con sangre de Borja Jiménez en la tarde del santo patrón

Triunfo con sangre de Borja Jiménez en la tarde del santo patrón

El diestro sevillano Borja Jiménez cortó hoy en Pamplona las
dos orejas al sexto toro de la tarde, que le corneó de gravedad en el muslo
derecho al entrar a matar al final de la corrida del día de San Fermín, en la
que también paseó un trofeo Fernando Adrián y el mejor toreo llevó la firma del
riojano Diego Urdiales.

Hasta el momento del percance, Jiménez le había hecho una
faena más animosa que asentada al que se decantó como el toro de más clase del
desigual sexteto de La Palmosilla y que, curiosamente, entró como remiendo de
uno de los que corrieron el encierro en principio pero que fue rechazado
después por los facultativos. Es decir, que el único que no hizo la carrera matinal fue el
que acabó desarrollando mejor condición para la muleta, esa que el diestro
sevillano manejó con afán y encimándose demasiado con el serio y cuajado
animal, al que no dejó así desplegar, por no facilitarle el largo recorrido que
pedía, su clara entrega tras el engaño.

Con todo, la faena, salpicada de alardes desde que la abrió
de rodillas en los medios, fue muy jaleada por las peñas que venían a los
tendidos por primera vez en la feria, lo que, sumado sobre todo a la impresión
de la cornada producida en la suerte suprema, hizo que se pidieran esas dos
orejas que el alcalde Asiron, como presidente de la corrida, no tuvo reparos en
conceder. Antes, Jiménez había recibido a porta gayola al tercero, el
toro más terciado de la corrida, que se creció y se rebrincó con cierta
aspereza a lo largo de un trasteo porfión y destajista pero de escaso gobierno
y poco reposo por parte del sevillano.

Oreja para el debutante

También tocó pelo el debutante Fernando Adrián, no de su
primero, destartalado de cabeza y bajo de hechuras, que agotó su escaso fondo
de raza mediada el movido y amontonado trabajo del diestro madrileño, que
tampoco mostró mucha consistencia ante el quinto, otro de los toros con claras
opciones del encierro gaditano. Ese quinto, que había protagonizado momentos de peligro en
el ruedo a la llegada del encierro, fue un cinqueño de finas y serias hechuras
que rompió a embestir con entrega y movilidad cuando Adrián le citó para varios
pases cambiados en los medios, y así siguió embistiendo a lo largo de un
trasteo que no acabó de macizarse, por falta de mayor mando y temple, sin que
el conjunto y menos aún la estocada baja con que lo remató justificaran el
trofeo.

Diego Urdiales

En realidad, el mejor toreo de la tarde de San Fermín llevó
la firma de Diego Urdiales, el veterano del cartel y el único que se fue sin
premio de la plaza. No lo pudo hacer con el cuarto, un toraco feo y muy ancho
de sienes que no agradeció el buen trato del riojano, pero si con el primero de
la corrida, un hondísimo castaño que, aun a falta de un punto más de calidad,
embistió lo suficiente. La faena de Urdiales fue muy clásica, en tanto que se limitó
al toreo esencial, con solo algunos adornos, y estuvo dominada por el un
acertado sentido de la medida y una técnica precisa, en altura y trazo de los
muletazos, adecuada a las condiciones de un toro al que ayudó a ir a más y a
mejor, con momentos especialmente destacados por el temple, la extensión y el
ajuste de sus naturales y derechazos. Solo que un pinchazo y una estocada muy
contraria, previos a siete descabellos, lo dejaron todo en la nada estadística.

FICHA DEL FESTEJO:

Domingo 7 de julio de 2024. Plaza de toros de Pamplona. Tercer festejo de abono de la feria de San Fermín, con lleno de “no hay billetes” (casi 20.000 espectadores), en tarde agradable.

Seis toros de La Palmosilla, muy desiguales de volumen y alzadas, varios con cabezas aparatosas y bastas hechuras, que fueron los más descastados, pero con otros tres de muchas opciones y, en algún caso, más fina presencia: primero y quinto, que además desarrollaron mayor movilidad y nobleza, y un sexto pronto, repetidor y con clase.

Diego Urdiales, de verde esmeralda y oro: un pinchazo, estocada contraria y siete descabellos (silencio tras dos avisos); estocada delantera (silencio).

Fernando Adrián, de blanco y plata: pinchazo y estocada (silencio); estocada baja (oreja).

Borja Jiménez, de berenjena negro y oro: media estocada tendida (silencio); pinchazo y estocada honda (dos orejas que paseó la cuadrilla). Fue herido al entrar a matar al sexto, que le infirió un cornada en el muslo derecho “con lesión penetrante en triángulo de Scarpa, disecando arteria femoral y penetrando de forma transversal hasta la parte externa del muslo derecho”, según los médicos que le intervinieron en la enfermería de la plaza.

Please follow and like us:
Pin Share