El espectacular vídeo con el accidente de Nebula-1, el cohete reutilizable de la compañía china Deep Blue Aerospace

El espectacular vídeo con el accidente de Nebula-1, el cohete reutilizable de la compañía china Deep Blue Aerospace

El éxito de SpaceX con sus Falcon 9 reutilizables ha
empujado a otras compañías a producir sus propios cohetes que puedan
aterrizar verticalmente tras realizar un vuelo y seguir siendo útiles. En [[LINK:TAG|||tag|||6322eb37ecd56e36169317f9|||China]] hay varias iniciativas en este sentido. Una de ellas, la de LandSpace,
fue noticia recientemente tras completar un ‘salto’ de 10,02 kilómetros de
altitud y 3,2 km de distancia, con éxito. Justo lo contrario de lo que le
sucedió ayer a Deep Blue Aerospace, cuyo cohete Nebula-1 se convirtió
en una bola de fuego al aterrizar en la base de Ejin Banner, en Mongolia
Interior.

A pesar de cumplir 10 de los 11 objetivos durante la
prueba de despegue y aterrizaje vertical (VTVL), el cohete tuvo problemas en su
fase final que provocaron el accidente.
La compañía ha afirmado que la precisión del aterrizaje fue de
alrededor de 0,5 metros y añadió que se probaron con éxito las innovaciones
en control de actitud, optimización de trayectoria y guía de precisión
milimétrica. Esta ha sido la primera prueba en China en la que se ha
utilizado una etapa de cohete de clase orbital en uno reutilizable.

El vuelo de prueba fue bien durante aproximadamente 2
minutos y medio. Según la empresa, 3 motores del Nebula-1 se
encendieron como se esperaba, impulsando el cohete a una altitud de 5
kilómetros. El proceso de descenso comenzó sin problemas, con el apagado
planificado de 2 motores. Sin embargo, surgieron complicaciones cuando el
cohete intentó aterrizar en su plataforma. El mecanismo de
aterrizaje falló, lo que provocó la explosión al aterrizar. Las imágenes de
la prueba muestran que la sección superior del cohete se rompió y sufrió daños
por fuego en su exterior al volcarse.

El Nebula-1 es un cohete de dos etapas con un
diámetro de 3,35 metros. Funciona con una combinación de queroseno y oxígeno
líquido y cuenta con 9 motores Thunder-R1 de empuje variable,
impresos en 3D, en su primera etapa. Deep Blue Aerospace ya realizó en 2022,
con éxito, una prueba VTVL a un kilómetro de altitud, pero esta ha sido la
primera vez en la que se han utilizado los motores Thunder R-1 que
impulsarán los lanzamientos orbitales.

La segunda etapa está impulsada por un solo motor.
Esta configuración permite al cohete transportar hasta 2 toneladas a la órbita
terrestre baja (LEO); una versión mejorada planeada será capaz de
transportar 8 toneladas a LEO.

Durante el último año, empresas espaciales privadas chinas
como Linkspace, iSpace, Galactic Energy y Space Pioneer, entre otras,
han estado probando diferentes diseños de naves espaciales, posicionándose para
satisfacer la demanda, cada vez mayor, en el sector espacial comercial del país. Esta
actividad se da en medio de una mayor competencia para establecer
constelaciones de satélites que puedan competir con otras como la red Starlink
de Elon Musk.

A diferencia de SpaceX, que realizó sus pruebas de
aterrizaje vertical después de que el Falcon 9 comenzara a poner satélites en
órbita, Deep Blue Aerospace lo está probando antes que los lanzamientos orbitales
en un intento de lograr aterrizar sus primeras etapas desde el principio.
La empresa realizará su próximo vuelo de prueba a gran altitud en noviembre.

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