Netanyahu, ante la ONU: “Si Hizbulá opta por la guerra, Israel no tiene más alternativa que destruir esa amenaza”

RMAG news

Tengo un mensaje para los tiranos de Teherán: si nos atacan, les atacaremos. Benjamin Netanyahu ha dejado claro sus próximos pasos en el conflicto de Medio Oriente. El primer ministro israelí reconoció este viernes ante la Asamblea General de Naciones Unidas que Israel quiere la paz, es la verdad. La ha logrado en el pasado y la volverá a conseguir, pero hay enemigos salvajes que buscan destruirnos y debemos protegernos. Poco o ningún espacio ha dejado el mandatario para la tregua de 21 días con la que le presionan Estados Unidos y sus aliados, ni siquiera ha nombrado en su interlocución antes los líderes mundiales el alto al fuego en el que trabajan a contrarreloj Washington y Francia. Mientras Hizbolá opte por la guerra, Israel no se detendrá.

Lejos de buscar la paz, Netanyahu se ha mostrado ante el mundo como un líder generoso asegurando que sus decisiones no solo son para defenderse ellos mismos del genocidio que quieren llevar a cabo contra el pueblo israelí, también les estamos defendiendo a ustedes porque si no se controla la maldición iraní, dañará más allá de los países de Oriente Medio. Un firme Netanyahu ha proclamado desde la tribuna del organismo que vela por la paz y la seguridad internacional que estamos ganando la guerra. Israel se defiende ante Irán y siete frentes más, la línea entre la bendición y la maldición no podría estar más clara, aseguraba el líder israelí mostrando dos mapas, una práctica habitual en él. ¿Cuál elegirán? , ha preguntado a su audiencia. Uno de los planos representaba la realidad con los posibles aliados árabes de Israel en la región (con Cisjordania como parte del territorio israelí), el otro a Irán y sus asociados; y todo bajo el argumento de que Irán es una fuerza de inestabilidad regional que podría evitarse. La maldición creada por Irán se extiende desde el Índico al Mediterráneo, interrumpiendo el comercio, trayendo miseria y destruyendo países enteros desde dentro. Irán y Hizbolá, a los que Netanyahu culpa de ser el motor del terrorismo, han ocupado una parte más amplia que Hamás en su discurso.

Al inicio de su discurso, una treintena de diplomáticos se han levantado de su silla y abandonado la sala en señal de protesta, mientras que el presidente de la Asamblea General llamaba al orden para que el mandatario pudiera comenzar a hablar. Fuera de las Naciones Unidas, un centenar de personas se agolpaban en una de las calles que conduce hasta el organismo (es lo más lejos que han podido llegar debido a la extrema seguridad que hay en la zona) para protestar contra Israel en este encuentro anual de Alto Nivel al que Netanyahu asistió por primera vez hace 40 años. No hay nada nuevo en las Naciones Unidas. Hablé por primera vez en esta tribuna en 1984 en contra de la propuesta de expulsar a Israel de este órgano, y ahora me encuentro en la misma situación, y esta vez encabezado por el líder palestino, Mahmoud Abas.

Hipocresía, y una farsa de doble rasero, así ha calificado el líder israelí a las Naciones Unidas, porque hasta que el estado judío no reciba el mismo trato que el resto de las naciones, consideramos a todos los países en contra una farsa. Acusa al organismo de antisemitismo y de condenar a Israel mucho más que al resto de países. Ha reconocido que no tenía previsto viajar a Nueva York, porque su país está en guerra, luchando por la supervivencia, pero tras escuchar las mentiras contra Israel, he decidido venir para dejar las cosas claras, para hablar en nombre de mi pueblo. El mismo pueblo al que le ha prometido que traerán a los rehenes de regreso a casa, es una misión sagrada y no pararemos hasta completarla. Desde la tarima por la que han pasado sus aliados y enemigos esta semana, ha lanzado un mensaje directo a Hamás sobre los rehenes, déjenlos marchar a todos, a los que están vivos deben ser entregados y a los muertos, deben entregar sus restos porque sus familias merecen enterrar a sus seres queridos en un lugar donde puedan llorarlos.

Además, el mandatario ha justificado un ataque terrestre como medida preventiva para evitar un rearme de Hamás, porque si se reagrupa volverá a atacar a Israel como ha dejado claro anteriormente. Ha sido categórico, Israel rechazará que Hamás tenga lugar en la Gaza del futuro. Queremos una Gaza desmilitarizada, y con un gobierno local y civil.

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