Más potencia de fuego para la fragata Santa María de la Armada con una torre Sentinel con cañón de 30 mm y un sistema antidrón

Más potencia de fuego para la fragata Santa María de la Armada con una torre Sentinel con cañón de 30 mm y un sistema antidrón

Las fragatas de la serie F-80 de la Armada española, después de más de cuatro décadas de servicio, están entrando en la fase final de su vida operativa. Sin embargo, esto no ha impedido que estos veteranos buques reciban actualizaciones en sus sistemas de defensa, en particular, frente a las amenazas modernas que no existían cuando entraron en servicio en los años 80. Uno de los cambios más significativos ha sido la incorporación de sistemas antidrón y nuevas estaciones de armas para mejorar su capacidad de autodefensa.

Actualización de armamento frente a amenazas modernas

Uno de los sistemas más destacados que se ha integrado en estas fragatas es el sistema antidrón Crow, desarrollado por Indra, que ha sido instalado en la fragata Santa María, la primera de su clase. Este sistema combina múltiples tecnologías, como radares, cámaras infrarrojas y sensores de radiofrecuencia, para detectar y neutralizar amenazas a varios kilómetros de distancia. Lo novedoso de este sistema es que no solo identifica las amenazas, sino que también tiene la capacidad de bloquear las comunicaciones del dron o interferir en su geolocalización, lo que permite desactivarlo antes de que cause daño.

A este sistema se le ha sumado la estación de armas remota Guardian 2.0 de Escribano, que cuenta con una ametralladora de 12,7 mm para casos en los que sea necesario eliminar físicamente el dron. Esta combinación de tecnología soft kill (interferencia de señales) y hard kill (destrucción física) hace que las fragatas de la serie F-80 estén preparadas para enfrentar amenazas aéreas modernas como los drones, que se han vuelto una herramienta cada vez más utilizada en los conflictos bélicos actuales.

Este sistema ya ha sido probado por la fragata Santa María, que se está preparando para su próximo despliegue en la operación Atalanta en el Índico, una misión de la Unión Europea destinada a combatir la piratería en la región. Este tipo de actualización resulta esencial en un entorno donde la piratería ha repuntado, y la presencia de drones añade una nueva capa de complejidad a las amenazas marítimas.

Potencia de fuego mejorada: la torre Sentinel 30

Otra incorporación importante en las fragatas F-80 ha sido la estación de armas remota Sentinel 30. Este sistema ha sido instalado en la Santa María, causando cierta sorpresa debido a que la Armada no había anunciado públicamente su intención de equipar estos buques con esta torre, que está equipada con un cañón Bushmaster II MK44S de 30 mm. La torre está diseñada específicamente para su uso en plataformas navales y añade una capacidad defensiva significativa contra pequeñas embarcaciones y otras amenazas procedentes del mar.

 

El Sentinel 30 se caracteriza por su estabilización en dos ejes, lo que le permite mantener una alta precisión de disparo incluso en condiciones de mar agitado. El sistema de control de fuego avanzado y la capacidad de operar tanto de día como de noche son ventajas cruciales en escenarios de combate naval, donde las condiciones de visibilidad pueden cambiar rápidamente.

Además, la torre Sentinel 30 incorpora un sistema electroóptico para observación y seguimiento, lo que mejora su capacidad de vigilancia. Esta capacidad es esencial en misiones como la operación Atalanta, donde la identificación rápida de amenazas es clave para proteger a los buques mercantes de los piratas. El hecho de que el sistema pueda controlarse de forma remota también proporciona una mayor seguridad a la tripulación del buque, ya que no es necesario que operen el sistema directamente desde la cubierta.

Modernización silenciosa

Aunque la instalación del sistema Sentinel 30 no había sido anunciada previamente, este movimiento forma parte de una modernización progresiva de las fragatas F-80, que se han adaptado continuamente a las nuevas demandas operativas a lo largo de los años. El mismo sistema Sentinel 30 también ha sido seleccionado para modernizar a los patrulleros de la clase Serviola y se utilizará en las futuras fragatas F-110, que están programadas para entrar en servicio en 2028.

Esta evolución en el armamento naval refleja una tendencia global hacia la integración de sistemas de armas remotas y automatizadas en las fuerzas armadas, que no solo aumentan la capacidad de fuego, sino que también mejoran la seguridad y eficiencia en las operaciones navales.

Munición avanzada para nuevas capacidades

La Armada Española ha adquirido munición específica para el Sentinel 30 a través de la compañía Nammo Palencia, un fabricante español de municiones. La munición de 30 mm que se ha comprado incluye proyectiles de la versión Apfsds-T Swimmer, diseñados para perforar blindajes y, de manera única, para “nadar” bajo el agua sin perder velocidad ni precisión. Esta capacidad es particularmente relevante para neutralizar pequeñas embarcaciones o submarinos no tripulados que podrían suponer una amenaza para los buques de la Armada.

Este tipo de munición subacuática no es común en todas las armadas y otorga a los buques equipados con la Sentinel 30 una capacidad adicional para defenderse en situaciones donde las amenazas pueden provenir tanto del aire como del mar, lo que refuerza la versatilidad de las fragatas F-80 en misiones multifacéticas.

Contexto de la evolución de las fragatas F-80

Las fragatas de la clase Santa María o F-80 han sido un pilar de la Armada Española desde que entraron en servicio en la década de 1980. Basadas en el diseño de las Oliver Hazard Perry de la Marina de los EE.UU., estas fragatas han jugado un papel crucial en numerosas operaciones internacionales, incluyendo misiones de paz, patrullas antipiratería y ejercicios conjuntos con otras armadas aliadas.

Originalmente concebidas para misiones de escolta y defensa aérea, las F-80 se enfrentan hoy a un entorno operativo mucho más complejo y diverso del que fue diseñado en un principio. La aparición de nuevas tecnologías, como los drones y las pequeñas embarcaciones no tripuladas, ha obligado a modernizar los sistemas de defensa de estos buques para mantener su relevancia en el campo de batalla moderno.

A lo largo de sus más de 40 años de servicio, las F-80 han sido sometidas a varias actualizaciones, lo que ha permitido prolongar su vida útil más allá de lo inicialmente previsto. Sin embargo, la introducción de la clase F-110 marcará el final de su servicio activo.

Las futuras fragatas F-110: el relevo generacional

La llegada de las fragatas de la clase F-110, que comenzarán a entrar en servicio en 2028, representa un salto cualitativo en la capacidad naval de la Armada Española. Estas nuevas fragatas están siendo diseñadas para enfrentar los desafíos del siglo XXI, con un enfoque en la guerra antisubmarina, la defensa contra misiles balísticos y la integración de sistemas no tripulados.

Entre las características destacadas de las F-110 se incluyen el sistema de combate avanzado Scomba, desarrollado por Navantia, y una mayor capacidad para operar en misiones de guerra electrónica. Además, estarán equipadas con el radar Aegis, que les proporcionará una capacidad de detección y seguimiento de misiles sin precedentes en la Armada Española.

Otro aspecto clave de las F-110 es su capacidad para operar con drones y vehículos no tripulados, tanto aéreos como submarinos, lo que refleja la creciente importancia de estas plataformas en la guerra moderna. Las nuevas fragatas también contarán con sistemas de energía más eficientes y estarán diseñadas para reducir su firma acústica, lo que las hace especialmente adecuadas para misiones de guerra antisubmarina.

La Armada Española espera que las F-110 reemplacen gradualmente a las F-80, asegurando que la flota española mantenga su capacidad operativa y su relevancia en el escenario internacional. Las F-110, con su tecnología avanzada y su diseño modular, estarán preparadas para enfrentarse a una amplia gama de amenazas, desde submarinos hasta misiles hipersónicos, lo que garantiza que la Armada Española siga siendo una fuerza naval moderna y eficaz en las próximas décadas.

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