La Sierra de la Culebra de Zamora, que concentra los mayores
trofeos de caza de ciervo y es un lugar privilegiado para la observación de la
berrera, vive este año un atípico ritual de “la llamada del amor” de
los ungulados, ya que se ha adelantado el cortejo y los ciervos son más
visibles desde los puntos de observación.
Esas características de una berrea que está condicionada por
la mortandad de ejemplares en los últimos meses por enfermedades, el retraso en
las lluvias de septiembre y el paisaje que dejaron los graves incendios que se
produjeron en 2022 las han apuntado a EFE naturalistas y especialistas en el
turismo de observación de fauna.
Tanto las empresas de avistamiento de lobos y ciervos como
la Oficina de Turismo de Villardeciervos (Zamora), donde se encuentra la sede
de la reserva de la biosfera transfronteriza Meseta Ibérica, han hecho un
llamamiento a que se respeten los lugares de berrea y se observe únicamente
desde los puntos acondicionados para ello.
Al respecto, el biólogo Javier Talegón, de la empresa Llobu,
ha subrayado a EFE la importancia de “observar sin molestar” y
utilizar para ello telescopios y miradores autorizados para no causar molestias
a la fauna.
Cargados de testosterona
Además, transitar por pistas forestales y caminos para
intentar acercarse al máximo a los ciervos al anochecer o al amanecer puede
entrañar riesgos porque en la época de celo los animales están “cargados
de testosterona” y pueden reaccionar con una embestida.
También existe la posibilidad de recibir un disparo
accidental porque es la época de caza de machos de prominentes cornamentas
sacados a subasta.
Talegón ha reclamado por ello a la Administración una mayor
regulación de la berrea y acometer de forma “urgente” una
zonificación de la caza, para que sea compatible con la observación de fauna.
Sobre la atípica berrea de este año, este biólogo ha
admitido que se ha adelantado y hay zonas donde pueden escucharse los berridos
de y otras no, por lo que ha propuesto que se suspendan los cupos de caza y se
estudie la incidencia de las enfermedades que han provocado la muerte de
ungulados este verano en el entorno de la Sierra de la Culebra.
Por su parte, David Enjuto, gerente de Aherca, otra de las
empresas de turismo de observación de fauna con la agenda completa los últimos
fines de semana, ha admitido que este año la berrea está “rara”, ya
que a finales de agosto ya se oyó algún ciervo macho berreando pero luego, al
retrasarse la lluvia, “parece que se han quedado un poco
aplatanados”.
Vegetación baja y madera quemada
Aunque haya menos cortejos, estos pueden observarse mejor
desde la distancia ya que los graves incendios de hace dos veranos han hecho
que ahora, tras el rebrote, la vegetación esté más baja y los ciervos sean más
visibles porque ya no pueden esconderse entre ella.
Frente a ese aspecto positivo está el negativo de que aún no
ha concluido la saca del bosque quemado y todavía hay en la zona tráfico de
camiones con pinos cortados y máquinas para astillar la madera.
Desde la oficina de turismo de Villardeciervos, su
responsable, María García Blázquez, ha asegurado a EFE que la reserva de la
Sierra de la Culebra es “un lugar ideal para disfrutar de la llamada del
amor” que constituye la berrea.
De hecho, hay mayor afluencia turística en esta época que a
finales de agosto y se trata además de viajeros que son amantes de la
naturaleza y la mayoría conocedores de la zona.
Lugares y recomendaciones
Pese a ello, García Blázquez siempre ofrece a los turistas
una serie de recomendaciones para escuchar el sonido gutural de los ciervos
macho con el que buscan conquistar a las hembras.
También ofrece a los visitantes un mapa con puntos de
observación, como los miradores de Boya, Ferreras de Arriba, Peña Furada o el
de Villardeciervos, situado a apenas dos kilómetros del casco urbano.
