Austria coquetea con el fantasma de la ultraderecha en las elecciones de este domingo

Austria coquetea con el fantasma de la ultraderecha en las elecciones de este domingo

En Austria se está gestando un cambio político. El actual gobierno del canciller Karl Nehammer, del Partido Popular austriaco (ÖVP), podría estar viviendo sus últimos días, según las últimas encuestas de las elecciones que se celebran este domingo. Es probable que la coalición de conservadores y verdes, que ha dado forma al panorama político en Viena durante los últimos cinco años, sea eliminada de la esfera política.

Las estimaciones dan por hecho que el ÖVP y los ecologistas no alcanzarán la mayoría necesaria de 92 escaños para gobernar. Además, todo apunta a que el ultraderechista Partido de la Libertad (FPÖ) se convierta en la formación más fuerte, lo que modificará el panorama político de este país.

Según las encuestas, una mayoría en el Parlamento austriaco solo sería posible a través de coalición entre los ultras y el Partido Socialdemócrata (SPÖ) o con el ÖVP. Algo que se torna muy complicado ya que el SPÖ ya ha descartado cualquier tipo de negociación con los populistas y el ÖVP, aunque se ha mostrado algo más abierto hacia una posible coalición, ha puesto la condición de que el líder ultra, Herbert Kickl -una figura intransigente que llegó a defender teorías conspirativas durante la campaña-, quede fuera de juego. Algo que parece muy complicado.

Una alianza de este tipo solo se ha dado dos veces en Austria durante los últimos 30 años. La última fue cuando el ÖVP -bajo el liderazgo del ex canciller Sebastian Kurz-, formó una coalición con el FPÖ de Heinz-Christian Strache tras las elecciones de 2017. Un experimento que apenas duró dos años y que colapsó como consecuencia del escándalo conocido como ”Ibizagate” que involucró a Strache con representantes de un oligarca ruso y la concesión de contratos públicos a cambio de donaciones al partido.

Ahora, y tras cuatro años de colaboración con los Verdes, esa coalición podría celebrar su regreso. Sin embargo, Nehammer ha fijado condiciones claras para la cooperación con el FPÖ. La principal, no contar con su principal candidato. “Kickl se ha visto atrapado en teorías de conspiración, por ejemplo porque tilda a la Organización Mundial de la Salud como el nuevo gobierno mundial”, aseguró el canciller hace unos días aunque, sin embargo, admitió que en ese partido también hay miembros sensatos. La posibilidad de que el FPÖ “sacrifice” a su líder Kickl por una coalición con el ÖVP parece improbable.

Kickl se ha consolidado firmemente en su partido y la campaña electoral del FPÖ estuvo fuertemente orientada hacia él. No obstante, muchos políticos y observadores creen que es posible esa coalición. De no ser así, y tal y como destaca la prensa austriaca, serían posibles alianzas a tres bandas como, por ejemplo, un bloque del ÖVP con el SPÖ y el liberal Neos o un gobierno entre ÖVP, SPÖ y Los Verdes. En este aspecto, la principal candidata de Neos, Beate Meinl-Reisinger, advirtió públicamente hace unos días contra una reedición de la alianza formada por los ultras y el ÖVP y de ahí que propusiera una “coalición reformista” con su partido. Sin embargo, tal unión podría enfrentar resistencia.

Según el columnista Hans Rauscher, Kickl podría permitirse el lujo de insistir en sus posiciones de cara a posibles conversaciones exploratorias con el ÖVP y advierte que un posible gobierno a tres bandas entre ÖVP, SPÖ y Neos sería muy inestable y solo haría que aumentar aún más la popularidad del FPÖ en la oposición y sentar las bases para las próximas elecciones.

Además, las diferencias entre el ÖVP y el SPÖ son especialmente grandes en cuestiones económicas o de política interior. Para muestra, los analistas austriacos miran a Berlín para tomar como ejemplo la coalición tripartita germana como ejemplo de los problemas que podría traer consigo una alianza de tres partidos con contenidos diversos. Según las últimas encuestas, un “semáforo austriaco” formado por el SPÖ, los Verdes y los Neos perdería la mayoría necesaria, al igual que una alianza formada por el ÖVP, los Verdes y los Neos.

Las últimas encuestas arrojan datos muy justos para los principales partidos. Según el último sondeo realizado por el instituto de investigación de opinión IFDD para ATV y el periódico “Kronen Zeitung”, la diferencia entre el FPÖ y el ÖVP es de solo dos puntos porcentuales. De este modo, ambos partidos podrían tener la oportunidad de convertirse este domingo en el partido más fuerte y liderar la formación de un gobierno. El futuro político de Austria para los próximos cinco años se decidirá en los días y semanas posteriores a las elecciones. En cualquier caso, la cita electoral podría representar una decisión innovadora para el país: existe la posibilidad de que el FPÖ se convierta por primera vez en la historia en el partido más fuerte en unas elecciones nacionales y, por tanto, proporcionar un canciller.

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