Grupo Naturgy, a través de su distribuidora de gas Nedgia, ha anunciado la firma de 45 contratos de conexión a plantas de biometano el pasado mes de agosto.
Con esta acción, la compañía espera poder inyectar más de 2.400 gigavatios hora (GWh) al año de gas renovable a su red, lo que supondría una cantidad equivalente al consumo de medio millón de familias en nuestro país.
Los proyectos se repartirán de la siguiente forma: Castilla y León es la comunidad que más se lleva, con 13 contratos; 10 serán en Castilla-La Mancha; 8 en Cataluña; Galicia se llevará 5; Andalucía tendrá 4; 3 serán en Navarra; y 2 en la Comunidad Valenciana. La combinación de las 2 Castillas con Cataluña supondrá un 70% del volumen de inyección de biometano.
Estas solicitudes se suman a las instalaciones con las que ya cuenta Nedgia, que ya operan unos 200Gwh/año y a las 14 que están en fase de construcción o tramitación.
Ejemplo de esto es la apertura de su 3ª planta de biometano el pasado mes de junio, ubicada en el municipio de Vila-Sana en Lleida. La instalación producirá anualmente cerca de 12 GWh/año de gas renovable que será inyectado en la red de Nedgia para su consumo directo por parte de viviendas y empresas. Solo esta planta, además, evitará el equivalente de las emisiones de 2.450 toneladas de CO2 a la atmósfera.
Apostando por la transición energética
El biometano es un gas renovable que se obtiene a partir del tratamiento de los residuos urbanos, agrícolas, ganaderos y de la industria agroalimentaria, así como de la depuración de las aguas residuales.
La descarbonización, uno de los principales objetivos de todos los sectores estratégicos de la Unión Europea, pasa por el biometano. Se trata de un elemento fundamental para cumplir con los objetivos de la transformación verde, puesto que permite circular por la red de distribución de gas ya existente y es compatible con las calderas del hogar, empleándose para los mismos usos que el gas natural.
Además, se trata de un gran agente descarbonizador también en los entornos rurales, ya que ayuda a reducir las emisiones del sector primario y a cumplir los objetivos de reducción y reciclaje. También, en su proceso de producción se genera un digerido al que se puede dar una segunda vida como fertilizante orgánico.
