Para nadie es un secreto que España tiene un sinfín de destinos turísticos, tanto de naturaleza, como con sus ciudades, paraísos para cualquier viajero. Basta con darse una vuelta por los diferentes destinos insignia del país para darse cuenta que, a veces, no hace falta recorrer el mundo entero cuando tienes tanta belleza en casa.
La comarca de las Cinco Villas, ubicada a menos de una hora de Zaragoza y a media hora de Huesca, a un par de kilometros de un pueblo llamado Valpalmas, se encuentra Aguarales de Valdemillaz, una región arcillosa donde la acción del agua ha dado lugar a formaciones rocosas, que recuerdan a las impresionantes estructuras de los valles de Göreme, en la famosa Capadocia de Turquía.
¿Cómo se originan estas formaciones rocosas?
Los Aguarales de Valdemilaz se originan debido a un proceso conocido como piping, donde la infiltración del agua en el suelo arcilloso provoca la creación de estas estructuras. Con el tiempo, este proceso genera pequeños canales subterráneos, que al colapsar, forman surcos y columnas en la superficie. A medida que el agua sigue su curso, estas formaciones se agrandan.
Estas formaciones, compuestas por pilares y conos arcillosos, han sido moldeadas a lo largo de miles de años, ya que el proceso de piping es lento. Su constancia hace que el terreno sea altamente vulnerable a las lluvias torrenciales, lo que incrementa la velocidad de erosión. En cada nueva temporada de lluvias, estas estructuras son modificadas y, en algunos casos, destruidas, dando lugar a nuevos patrones geomorfológicos.
En España, este tipo de formaciones de chimeneas naturales se pueden observar en varios lugares, como en algunos puntos del valle del Ebro. Por ejemplo, los Aguarales de Valdemilaz, de los que ya hablamos, y las Señoritas de Arás en Biescas. Asimismo, en la isla de Tenerife, el Paisaje Lunar de Granadilla de Abona ofrece un espectáculo similar, con formaciones erosionadas.
El pueblo de Valpalmas
Santiago Ramón y Cajal, oriundo de Valpalmas, ha dejado allí marcado su legado. El premio Nobel de medicina paso su infancia en esta localidad y en su nombre existe un centro de interpretación que vale la pena visitar. Aunque lo que más llama la atención del pueblo son sus alrededores llenos de grandes bellezas naturales, la iglesia de San Miguel Arcángel y la fuente-lavadero no se quedan atrás.
Ambas construcciones cuentan con una arquitectura sencilla y tradicional. La iglesia destaca como un lugar de encuentro espiritual y cultural para los habitantes y el lavadero aún conserva el encanto de los antiguos lavaderos públicos, recordando la vida rural y las costumbres de antaño
