Todo aquel que haya estado en Marsella y por extensión en el sur de Francia sabe lo que significa el pastis y conoce su capacidad de identificación con el territorio. No hay aperitivo con más presencia y que mejor se acople a las canciones de Tino Rossi, a la tapenade (pasta de aceitunas negras machacadas típica de la Provenza) o a los estallidos de las bolas de petanca cuando chocan entre sí en busca del cochonet mientras el sol se diluye en el ocaso.
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