El Robin Hood de Andalucía tiene una cita este fin de semana en Grazalema

El Robin Hood de Andalucía tiene una cita este fin de semana en Grazalema

Un lugar único para un personaje peculiar. Las calles de Grazalema vuelve a teñirse este fin de semana de sangre y amor para contar la vida del bandolero José María ‘El Tempranillo’, al que algunos conocen como el “Robin Hood” de Andalucía, en una recreación que cada año atrae a este municipio de la sierra de Cádiz a más de 11.000 visitantes.

Hubo un tiempo en que viajar por Andalucía era una peligrosa aventura, salteadores, pillos y bandoleros habitaban los caminos. En una España hambrienta, bajo el yugo autoritario de Fernando VII, nació José María “El Tempranillo”. Creció en Jauja, en el seno de una familia humilde, dedicándose a las labores del campo hasta que, a sus “tempranos” 16 años, una reyerta le obligó a “echarse al monte” convirtiéndose, desde ese momento, en el más famoso bandolero de Andalucía

Alrededor de 100 actores aficionados que llevan meses ensayando y más de 700 vecinos ataviados al estilo de la época, la primera mitad del siglo XIX, dan vida los días 4, 5 y 6 de octubre en distintas calles del pueblo a 34 escenas de la vida de ‘El Tempranillo’, en una recreación que es “una referencia en toda Andalucía.

Se trata de la 16 edición de esta recreación que lleva por título “Sangre y amor en la Sierra”.

Un fin de semana en el que todo Grazalema se vuelca en contar la historia de este bandolero nacido en Jauja, una pedanía de Lucena (Córdoba) en 1805, y que recibió su nombre, “El Tempranillo”, porque, muy pronto, a los 15 años, tuvo que huir de su casa.

Empezó una vida en las sierras andaluzas en la que se convirtió en uno de los más poderosos y temidos bandoleros de la época y en las que se granjeó la fama de bandido bueno, porque no dudaba en compartir los botines de sus asaltos con la gente más mísera que encontraba.

En 1832, “El Tempranillo” vivió en Grazalema algunos de los episodios más felices y más tristes de su vida. Allí, este bandolero galán que, según cuentan, desvalijaba a las damas diciéndoles “una mano tan bella no necesita estas alhajas”, conoció a una joven, María Jerónima Francés, con la que se casó.

A su boda invitó a todo el pueblo, e incluso a bandoleros de toda Andalucía.

“El Tempranillo” perdió a su mujer muy pronto, cuando “Los migueletes”, las tropas que Fernando VII envió para capturarle, rodearon el cortijo en el que la pareja vivía, justo cuando ella acababa de parir.

Cuenta la historia que el bandolero huyó, vagó toda la noche a caballo con el cadáver de su mujer a la espalda y el bebé en la faja. Enterró a su mujer en Grazalema, en un lugar aún hoy desconocido, y dejó a su hijo en el pueblo, para continuar su leyenda por las sierras andaluzas.

La recreación de su historia se ha convertido en un acontecimiento turístico en Grazalema, en el que colaboran, además del Ayuntamiento, la Diputación de Cádiz y la Asociación de Bandoleros de la localidad.

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