“Necesitamos un alto el fuego ya [en la frontera entre Israel y Líbano]”, insistía el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, el lunes en la Casa Blanca. Apenas horas después, Israel lanzaba su invasión “limitada” del sur de Líbano contra la milicia chií Hezbolá, respaldada por Irán. La secuencia se ha repetido una y otra vez en los últimos meses en Oriente Próximo: el Gobierno del primer ministro Benjamín Netanyahu ha ignorado sistemáticamente los llamamientos de Estados Unidos a la tregua… Sin grandes consecuencias por parte de Washington.
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