Borges y la fantástica realidad

Borges y la fantástica realidad

Considerada un icono del cine europeo de la segunda mitad del siglo XX, después de haber trabajado con directores tan importantes como Wim Wenders, Jean-Luc Godard, Carlos Saura, Marco Ferreri o, de manera muy frecuente, Rainer Werner Fassbinder, la veterana actriz y cantante Hanna Schygulla creó en 2003 un espectáculo unipersonal llamado ‘El tango, Borges y yo’ del que no ha logrado ya desprenderse. La propuesta, transformada por el paso del tiempo y rebautizada como ‘Borges y yo. Recuerdo de un amigo futuro’, llega ahora al Teatro de La Abadía.

Schygulla asume la dirección y cede el testigo de la interpretación a la argentina Andrea Bonelli, convirtiéndose ambas en autoras de la renovada dramaturgia. “Es un espectáculo reciclado –reconoce con orgullo la actriz alemana–. Me interesa la idea de ‘reciclar’ como forma de vida en un mundo en el que nos estamos ahogando por el exceso de lo que se crea. Además, hay un regreso del espectáculo a su verdadero origen, puesto que Andrea (Bonelli) es argentina como Borges y es capaz de traer a la escena, a través su voz y su talento, ese aroma de Buenos Aires que se exporta al mundo entero”.

Sin embargo, el parentesco cultural y lingüístico del escritor y la nueva intérprete no ha supuesto, según la aludida, que el trabajo haya sido fácil: “Es un verdadero desafío para mí interpretar esta obra –asegura Bonelli-, precisamente por abordar algo tan popular y enraizado en mi cultura como son el tango y Borges. Ha sido muy difícil sacarme la figura del gran Borges, del gran sabio y escritor que fue, para meterme en sus palabras y habitarlas tal y como a mí me interpelan hoy”.

La obra, que trata de ser un homenaje al aclamado autor de ‘El Aleph’, reúne siete relatos suyos –entre ellos, ‘Utopía de un hombre que está cansado’, ‘El enemigo’ y ‘Los espejos velados’– que se enriquecen en la escenificación con una selección de tangos muy populares, tales como ‘Alguien le dice al tango’, ‘Volver’ o ‘El día que me quieras’. La partitura original compuesta por Peter Ludwig, al piano, junto al chelista Peter Wöpke, está interpretada en director por ellos mismos, que fueron los músicos que ya estuvieron en el espectáculo original de 2003.

Tanto Schygulla como Bonelli asumen la dificultad que entraña explicar qué tiene Jorge Luis Borges para que su literatura sea universalmente tan apreciada. “Tiene el don de transmitir cosas sobre la existencia que cuesta mucho poner en palabras”, afirma la segunda de ellas. Y es precisamente esa hermosa búsqueda de lo inefable en las obras del argentino lo que siempre subyugó a Schygulla: “Me atrae su relación con lo inexplicable, lo laberíntico. Tiene cuentos fantásticos y cuentos más realistas sobre la vida, pero te hace ver que esa vida en apariencia realista es a la vez un cuento fantástico”.

Dónde: Teatro de la Abadía (Sala Juan de la Cruz), Madrid. Cuándo: hasta el domingo. Cuánto: 24 euros.

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