Usman Garuba: «En la NBA se me llegó a agotar la paciencia»

Usman Garuba: «En la NBA se me llegó a agotar la paciencia»

Con 22 años, Usman Garuba (9-3-2002, Azuqueca de Henares) ha acumulado experiencias por las que la mayoría de jugadores de élite no pasan en su vida. Se fue del Madrid a la NBA con 18 años. Tres temporadas y 105 partidos después, entre Houston Rockets y Golden State Warriors, ha vuelto a Valdebebas. Al periplo estadounidense hay que añadir cuatro veranos con la selección: dos Juegos Olímpicos, un Mundial y el oro en el Eurobasket de 2022. Antes de reestrenarse en la Euroliga hoy ante el Bayern en Múnich está en plena mudanza de Azuqueca –«un sitio que la gente infravalora», dice– a Villaviciosa. Es el mayor de tres hermanos. Sediq, también canterano en el Madrid y campeón de todo en categorías inferiores con la selección, está en Cartagena. Uki, la más pequeña, es una promesa del baloncesto femenino. «Pero el bueno soy yo», apunta Usman con un centímetro y diez kilos más de músculo que el adolescente que se fue a Estados Unidos.

Antes de emigrar, veía mucha NBA por las noches. ¿Seguirá viendo partidos?

No (tajante), no voy a ver más. Voy a dormir y descansar. Ya he tenido bastante, aunque sigo teniendo contacto con compañeros de Houston y Golden State.

Hablamos hace tres años antes de debutar con los Rockets y me comentó que se acababa de comprar un coche. ¿Sigue con él?

No, ese coche desapareció en el segundo año. No fue bien. Era un todoterreno, pero me dio muchos problemas. Tengo claro que siempre hay que confiar en un coche alemán.

¿Tuvo este verano más ofertas aparte de la del Real Madrid?

Sí, hubo ofertas de todo tipo. De NBA, de Europa… pero ninguna era la que yo quería. La del Madrid era la mejor opción para mí con diferencia. A nivel deportivo, el hecho de estar en casa, regresar a triunfar aquí y ganar muchos títulos. Eso nadie me lo daba.

¿En Estados Unidos no pensaba que podía aportar mucho más de lo que le dejaban?

En mi segundo año en Houston sí. Pero la última temporada no porque es que no entrenaba mucho con el equipo, así que no podía tener una opinión. El segundo año sentí muchas veces eso, pero todo depende del entrenador. Yo controlaba todo lo que podía controlar y aportaba todo el trabajo que podía, pero…

Compañeros de selección le aconsejaron que lo más importante era tener paciencia, ¿se le llegó a agotar?

Sí, sí, sí (tajante) se me llegó a agotar. Para seguir centrado lo que hacía era entrenar, entrenar, sobreentrenar, pasarme todo el día en el gimnasio, hacía sesiones en el pabellón por la mañana, por la tarde, por la noche… Usaba el entrenamiento para estar centrado. Al final el hecho de no estar jugando, de no estar metido en el equipo te puede llevar a abandonarte, te incita a dejarte ir… pero las ganas de jugar y de mejorar nunca las perdí.

Y eso que de fortaleza mental parece ir sobrado…

De fortaleza mental voy muy bien. En Estados Unidos he aprendido mucho en ese terreno tanto para lo bueno como para lo malo. En ese sentido la Liga de Desarrollo, por mucho que la gente diga, es una competición que no es un cachondeo, te hace duro mentalmente. Si la sabes utilizar te ayuda a eso. No tanto a nivel de instalaciones, pero hay buen nivel, hay buenos jugadores y la prueba es que muchos vienen aquí.

¿Hubo alguna noche, algún partido, en el que al volver a casa pensaba que eso era lo que había soñado?

… (se queda pensativo).

Si es que ha habido alguno…

Pfffff. Si te soy sincero ninguno. No ha habido ningún gran día. Ha habido cosas buenas, sobre todo que me he conocido más a nivel mental y he crecido mucho en ese aspecto. Tengo una fortaleza mental que antes no tenía.

¿Cuál es el jugador que más le ha impactado?

Stephen Curry sin duda. Con toda la presión que tiene, la capacidad que tiene para manejar todas las situaciones dentro y fuera de la pista es increíble. Es un ejemplo de cómo gestiona todo, está siempre tranquilo y eso lo transmite a todo el mundo. He compartido vestuario con él y siempre transmitía esa sensación de tranquilidad, de seguridad, de calma. Es increíble.

¿Sigue siendo la NBA otro mundo a nivel de franquicias, instalaciones, medios disponibles, medios de comunicación…?

Aquí, en el Real Madrid, a nivel de club o de instalaciones no hay diferencia con la NBA. El hecho de que estemos en un club de fútbol lo hace muchísimo más grande. Creo que es lo más parecido que hay a aquello e incluso hay un nivel superior al de muchas franquicias en Estados Unidos. En cuanto a prensa allí hacen menos trampas, aquí sois más pillos.

¿En qué es mejor jugador que el que se fue hace tres años?

En visión de juego y en la lectura de partido. Cuando estoy a mi mejor nivel soy mejor jugador que el que se fue para allá. También en la agresividad durante todo el tiempo que estoy en cancha, que eso es algo que antes no tenía.

¿Cuesta adaptarse, hay mucha diferencia entre el juego NBA y el juego en baloncesto FIBA?

Sí cuesta. Hay malos hábitos que se pueden coger allí, como el tema de los tres segundos en defensa o el spacing –distribución para maximizar el espacio–, y uno tiene que olvidarse de eso, aunque se haya acostumbrado. Los veranos con la selección me han ayudado a adaptarme ahora más rápido.

¿Para cuándo espera estar a tope de forma y con su rol asumido en el equipo?

En cuanto me recupere del todo físicamente de las lesiones. También es que empecé la pretemporada un poco tarde… yo creo que en un par de semanas estaré para aportar más. Y el equipo también cogerá rodaje, jugaremos algún partido en casa y todos empezaremos a estar más cómodos.

¿Qué le ha sorprendido más de Chus Mateo como primer entrenador en el primer mes de trabajo con él?

Lo tiene todo muy estructurado, muy claro y da mucha libertad a los jugadores y eso es bueno. A mí no me ha dicho nada en concreto, que sea yo.

¿Necesita algún refuerzo el equipo?

Todo lo que sea reforzarse y gente que aporte está bien. La temporada es muy larga, hay muchos partidos y puede haber lesiones. Estamos en un club en el que hay mucha presión. Los jugadores grandes que estamos nos complementamos bien, pero si viene alguien más que sume, perfecto.

Más de la mitad de la plantilla ha hecho el viaje de ida y vuelta a la NBA, ¿hay algún factor en común entre todos ustedes?

Todos los que estamos aquí y hemos pasado por la NBA hemos vuelto por diferentes motivos. Cada uno ha tenido una experiencia diferente y ha regresado por una razón distinta. No hay en común nada concreto… que volvemos para jugar en el mejor club del mundo.

Al margen del capitán, Sergi Llull, y después de la retirada de Rudy y el Chacho, ¿quién manda en el vestuario?

Aquí mandan muchos y se escucha a todos.

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