El lavado frecuente de las prendas de vestir es una acción tan cotidiana como normal. Camisetas, pantalones, ropa interior o blusas son las más comunes y que utilizamos en nuestro día a día, pero no solo por manchas deben ser limpiadas, sino también por sudor o exceso de uso. Pero también al contrario, pues si llevamos varios meses sin usar, deben ser lavadas antes de su primer uso. Esto es un error que cometemos con mucha frecuencia en España, sobre todo con una prenda muy común que posee una gran cantidad de microbios y puede perjudicar nuestro salud, según explica un biólogo profesional.
Sucesos como la pandemia de covid-19 nos han enseñado que debemos mantener una limpieza extrema para no atentar contra nuestra propia salud. Empezando por nuestra habitación y casa, pero también nuestra ropa debe estar siempre en perfectas condiciones.
Y es que con la llegada del otoño y posterior invierno, comienza también la temporada de enfermedades como la gripe, el resfriado o el propio coronavirus por la exposición frecuente a microbios. El biólogo Charles Gerba, de la Universidad de Arizona, ha hecho hincapié en esto, y es que en esta época del año, muchos españoles desempolvan los abrigos y las chaquetas, que serán muy útiles y usadas hasta mediados de próximo año. Pero estas prendas las lavamos con poca frecuencia, lo que les hace ser un verdadero imán para los microbios.
Esta prenda común en España la llevamos todos y casi nunca la lavamos: es un imán de microbios
La mayoría de las personas no lava estas prendas con regularidad, o las deja lavadas tras hacer el cambio de ropa de invierno a verano y, al volver a utilizarlas, las usan tal cual tras muchos meses sin usar. “Nos exponemos a gérmenes constantemente en espacios públicos cerrados como el metro, los autobuses o centros comerciales”, explicó Gerba en una entrevista reciente.
Este profesor de Estados Unidos señala que debemos darle un lavado al menos una vez por semana, siendo recomendable airear este tipo de prendas. No solo nuestras chaquetas o abrigos, sino también bufandas o guantes y demás tipo de ropa invernal.
Son prendas que entran en contacto, además, con grandes focos de emisión como el transporte público o espacios cerrados, y luego permanecen con nosotros si no las lavamos. “El calor mata los microbios”, dice, aconsejando lavar estas prendas en el agua más caliente que permita el tejido o pasarla por la secadora durante 45 minutos.
Pero también podemos realizar otras acciones de menor pesadez, como limpiarlas con un cepillo al que hay que añadir una mezcla de agua y amoniaco sin detergente, pues al frotarlas de forma suave se pueden desinfectar estas prendas y evitar que aparezcan estos microbios.
Según Gerba, debemos hacerlo más a menudo, especialmente en los meses fríos, ya que es cuando estamos más expuestos a virus estacionales. Y es que los virus y las bacterias pueden sobrevivir durante días en superficies como la tela de nuestras chaquetas o guantes.
