Bárbara Rey sufre un ataque de ansiedad al oír sus audios con el Rey Juan Carlos

Bárbara Rey sufre un ataque de ansiedad al oír sus audios con el Rey Juan Carlos

Bárbara Rey no puede más y es que los últimos meses han sido
especialmente convulsos para ella. La traición de su hijo, Ángel Cristo, se
materializó en un plató de televisión la misma semana que fallecía su hermano en
Totana. Después siguieron los ataques, las amenazas y la consumación de las
mismas, con la publicación de unas fotografías de la vedette con el Rey Juan Carlos en actitud cariñosa en su domicilio de Boadilla del Monte. También unos
audios comprometedores de la actriz y el Emérito en las que se trataban
cuestiones delicadas, desde temas familiares a otros de Estado que están provocando
un gran escándalo. Uno que amenaza a la propia protagonista, que no sabe qué
hacer para frenar la vorágine en la que se ha visto inmersa tras años tentando
a la suerte y jugando al despiste rozando los límites. Ahora todo se ha
descontrolado y sus pretensiones judiciales contra su hijo no son tan claras,
pues no tiene tan fácil como creía demandarle y ponerle frente a un juez para
una posible condena a prisión. Sus deseos no se están viendo complacidos y ha
terminado por estallar.

Aunque en un principio reapareció mostrando fuerzas para
batallar contra su hijo hasta el final, lo cierto es que su propia salud se ha
visto perjudicada por todo esto. No solo la mental, de la que ya ha hablado
poniendo sobre la mesa la ayuda psicológica a la que ha recurrido para que le
ayuden a salir de la depresión en la que se ha visto sumida. También en su
salud física, poniendo en jaque su organismo entre tanto disgusto. Y es que su
cuerpo ha terminado colapsando a modo de ataque de ansiedad que ha preocupado
mucho a su familia. Tanto, que incluso tuvieron que llamar a los servicios de
emergencia para que la atendiesen.

Bárbara Rey se ha instalado en casa de su hija Sofía
mientras continúa el temporal. A las puertas del domicilio, tras su llegada de
Hellín, Albacete, donde tenía fijado un espectáculo, le esperan decenas de
reporteros. Ella no quiere hablar y lo poco que le logran sacar son quejas por
su presencia, aunque antes aprovechaba que estaban ahí con sus cámaras para
lanzarle dardos envenenados a su vástago y demás enemigos. Ahora opta por el
silencio más estratégico, dejando fuera de toda conversación cuestiones
delicadas, pero dirigiendo la misma en señalar a Ángel Cristo como el principal
responsable de su delicada situación.

Pero no solo tiene que esquivar las preguntas a pie de
calle, sino que, al llegar a su casa de su viaje a Murcia y Albacete, Bárbara
Rey se sentó en el sofá. Quería descansar, desconectar del mundo y calmar sus
nervios. No fue posible, pues al encender la televisión todas las cadenas
hablaban de su pasado y las imágenes del Rey Juan Carlos. Pero había algo nuevo
este miércoles: las grabaciones de sus conversaciones privadas. Ahí es cuando
le dio el ataque de ansiedad. Se vivieron instantes angustiosos, pues Sofía
Cristo, que afortunadamente estaba al lado de su madre, llegó a creer que
estaba sufriendo un infarto, de ahí que alertase rápidamente a los servicios de
emergencia para que enviasen una ambulancia. Al final no fue preciso, las
indicaciones de los sanitarios al otro lado del teléfono ayudaron a que la
propia Sofía manejase la situación, tranquilizase a su madre y descartase sus
miedos a que estuviese sufriendo un paro cardiaco. Pese a todo, le recomiendan
ahora tomárselo con más calma, rebajar el ritmo y alejarse de la polémica,
aunque el huracán cambia constantemente de rumbo y siempre termina centrado su
furia en ella, gracias a los movimientos estratégicos de su hijo, Ángel Cristo.

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