Con la llegada del otoño comienza la temporada de setas y de intoxicaciones. De hecho, en España cada año se producen más de 400 casos graves de envenenamiento por consumir setas tóxicas.
Factores ambientales y climático, como la lluvia y la temperatura son determinantes para el comienzo de la recolección. Salir al campo estos para recoger estos tesoros culinarios es un placer. Sin embargo, es fundamental estar bien informado sobre las especies comestibles y venenosas para evitar problemas.
En España hay catalogadas unas 1.500 especies de setas, de los que unos 100 contienen sustancias tóxicas. Entre estas se encuentran algunas de las venenosas del mundo. Las más peligrosas son algunos tipos de amanitas, que provocan cerca del 90% de los muertes por intoxicación con setas. Los micólogos las identifican con facilidad, pero los habitantes de las grandes ciudades suelen carecer de estos conocimientos, por lo que se convierten en las principales víctimas de estos alimentos. Así, el retrato robot del intoxicado por setas en nuestro país es un adulto que toma las setas en otoño, durante el fin de semana y en grupo.
Las setas más venenosas de España
1. Amanita phalloides, conocida como la “seta de la muerte” es una de las setas más mortales. Su apariencia puede ser engañosa, ya que tiene un aspecto atractivo, con un sombrero de color verde oliva y un pie blanco. Sin embargo, es la más peligrosa y causante de la mayoría de las intoxicaciones. Su toxicidad es extremadamente alta y puede causar daños hepáticos y renales severos, que requieren trasplante. Se encuentra comúnmente en bosques de caducifolios y coníferas.
2. Amanita muscaria (Seta de los enanitos). Aunque no es tan letal como la Amanita phalloides, la Amanita muscaria es famosa por sus efectos alucinógenos. Su característico sombrero rojo con manchas blancas la hace fácilmente reconocible. Sin embargo, su ingesta puede provocar síntomas como náuseas, vómitos y confusión. Es importante tener cuidado, ya que su toxicidad puede variar según la región y la época del año.
3. Cortinarius orellanus (Seta de Orellana). Esta seta es menos conocida, pero su toxicidad es alarmante. La Cortinarius orellanus puede causar daños renales irreversibles y, en algunos casos, la muerte. Se encuentra en bosques de coníferas y su consumo puede ser fatal, ya que los síntomas pueden tardar días en aparecer.
4. Gyromitra esculenta (Seta de la mentira). La Gyromitra esculenta es otra especie que puede ser mortal. Es una seta considerada comestible y muy apreciada en algunas comarcas del Pirineo, por ejemplo, pero que consumida fresca o poco cocida es muy tóxica, incluso puede llegar a ser mortal. Solo se debe consumir en pequeñas cantidades, después de dejarlo secar bien y cocerlas repetidamente tirando el agua de la primera cocción. La intoxicación no se manifiesta hasta algunas horas después, con trastornos digestivos (vómitos, náuseas, dolor de estomago), ictericia y trastornos de tipo nervioso.
5. Omphalotus olearius. Provoca intoxicaciones graves, pero raramente mortales. Los primeros síntomas se presentan al cabo de un tiempo de haber comido las setas y consisten en trastornos gastrointestinales: vómitos, náuseas, diarreas, fuertes dolores de vientre. Se puede confundir con la Hygrophoropsis aurantiaca y, más difícilmente, con la Cantharellus cibarius. A diferencia de éstos, que crecen en tierra, vive sobre troncos de olivos y otros árboles, como encinas y robles, formando flotas numerosas; no crece sobre la madera de pino.
Cómo evitar la intoxicación por setas
Algunas medidas preventivas y el conocimiento de las setas es primordial para evitar una intoxicación.
Así, no se debe permitir que los niños manipulen las setas ni conservar las setas cerca de otros alimentos.
Además, se recomienda no coger setas alteradas por la edad, parásitos o heladas, puesto que su identificación se hace difícil al alterarse algunos rasgos característicos.
También, según señala en Ministerio de Justicia, se deben revisar revisar todos los ejemplares y tirar los trozos sueltos difíciles de identificar y no se deben ingerir las setas que no estén identificadas perfectamente. .
En cuanto a su tratamiento, no se deben comer mezcladas setas de diferentes especies, ni crudas o poco cocinas. Además, se recomienda no ingerir más de 250 g de setas a la semana, ya que las setas en grandes cantidades, aunque sean comestibles, son bastante indigestas.
