En una época convulsa en la hípica española el pasado verano se han cumplido 19 años de un ejemplo de juego limpio por parte del equipo español de Doma Clásica. Fue en el Campeonato de Europa de 2005 celebrado en Hagen (Alemania).
El equipo español estaba formado por Beatriz Ferrer-Salat, Juan Antonio Jiménez Cobo, José Ignacio López Porras e Ignacio Rambla y estaba capitaneado por Bobby Fernández de Bobadilla. Además de ganar el bronce protagonizaron un gesto que culminó con el único “Fair Play Award” otorgado por la Federación Ecuestre Internacional (FEI) en la historia de esta competición.
El equipo español y el equipo sueco completaron la prueba de Gran Premio, clave para la clasificación por equipos, con una media idéntica de 213.125 por ciento. Un empate con los tres decimales es una situación extrañísima en este nivel de competición. De acuerdo con las reglas de la FEI, el desempate se resolvía comparando la nota del jinete con la peor clasificación de cada equipo. En este caso, Ignacio Rambla obtuvo una media superior la del jinete sueco Louise Nathorst, lo que, según el reglamento, otorgaba el bronce al equipo español. “A mí me parecía que era muy injusto, porque todos hacen el mismo esfuerzo. Y, además, es muy importante el tema de las medallas porque los gobiernos, cada uno el suyo, les dan determinadas cantidades de dinero por la medalla. Esa misma tarde teníamos una reunión de jefes de equipo…”, asegura a LA RAZÓN la entonces jefa de equipo Bobby Fernández de Bobadilla.
En aquella reunión con los jefes de equipo, Bobadilla expuso su opinión acerca del resultado. “Le comenté a la que entonces era la presidenta de la Comisión de Doma, Mariette Withages, que esto me parecía súper injusto… Sin pensar que hubiera remedio, Bobby continúa: “Ella me comentó que si nuestros jinetes lo aprobaban se podía compartir la medalla”. Esa noche, en una cena, los jinetes dieron la respuesta afirmativa. “A modo de deportividad, compartimos el premio con los suecos, quedando ambos con la medalla de bronce”, apunta Beatriz Ferrer Salat.
Al día siguiente, los jinetes españoles entregaron la medalla a los suecos en un acto muy aplaudido. Al año siguiente, en la Asamblea de la Federación Ecuestre Internacional, el gesto del equipo español fue formalmente reconocido con la entrega del “Fair Play Award”. “Yo creo que en el deporte a veces se gana, otras se pierde, pero siempre hay que jugar limpio y es algo que a mí me parece muy importante”, destaca Bobby.
El premio fue recogido por Javier Revuelta, entonces presidente de la Real Federación Hípica Española y que en menos de un mes se presenta a la reelección.
