El pescado es uno de los alimentos más nutritivos de la dieta mediterránea. Además, es una excelente fuente de proteínas de alta calidad, así como uno de los mejores proveedores de ácidos grasos omega-3, que proporcionan numerosos beneficios para la salud.
Gracias a las proteínas que aporta este alimento, el cuerpo humano es capaz de acelerar el proceso de reparación y crecimiento de los tejidos de nuestro organismo, además de que también favorece la pérdida de peso y a mantener una dieta saludable. Además, está científicamente demostrado que el consumo de pescado reduce el riesgo de padecer enfermedades crónicas y mejora la salud cerebral. Sin embargo, no todos los pescados son iguales y hay algunos que, según los expertos, hay que evitar comer.
El conocido como “pez mantequilla”
En los últimos años, España ha visto un notable aumento en el número de establecimientos de sushi, impulsado por el creciente interés en la gastronomía japonesa y las tendencias de comida saludable. Así, este auge ha llevado a una mayor diversidad de restaurantes, desde locales tradicionales hasta cadenas de sushi fusión.
En este sentido, pescados como el atún o el salmón son populares en este tipo de gastronomía, pero también existe un pescado que, aunque en España sea de uso común en este tipo de establecimientos, tiene una historia controvertida en lo que a salubridad se refiere: el conocido como “pez mantequilla”.
También denominado científicamente como Ruvettus pretiosus y Lepidocybium flavobrunneum, en Japón es un pescado popular por el peligro que entraña para la salud, motivo por el que su consumo está prohibido en el país nipón.
Recomendaciones sanitarias de las autoridades
En este sentido, la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) apunta que este tipo de pescado tiene un alto contenido en grasa, compuesta por esteres cerosos indigestibles para los humanos, por lo que pueden producir episodios diarreicos y síntomas gastrointestinales agudos que aparecen unas 2 horas después de su consumo.
No obstante, en caso de querer consumir este pescado, la AESAN recomienda eliminar la mayor cantidad de grasa posible, como la piel y la grasa visible, cocinar de tal forma que se reduzca al máximo el contenido graso, como por ejemplo a la parrilla, e ingerir pequeñas cantidades de este pescado, entre otros.
Así, la AESAN desaconseja el consumo de este pescado a aquellas personas que pertenezcan a grupos sensibles, como niños, ancianos, mujeres embarazadas y personas inmunodeprimidas o con patologías gastrointestinales, y asegura que, en caso presentar síntomas gastrointestinales, no se vuelva a consumir en el futuro y se acuda al médico.
