El pan es uno de los alimentos que casi nunca falta en nuestra mesa. Ya sea para hacer bocadillos, para acompañar o, cómo no, para rebañar nuestros platos o mojarlos en alguna de las salsas que tengamos a mano. En definitiva, es una fuente de carbohidratos que tenemos siempre presentes en desayunos, meriendas, almuerzos o cenas. Pero no por ello puede ser recomendado para una alimentación saludable, o al menos, hay estudios que señalan que son “calorías vacías”. Son muchos los mitos sobre los beneficios o perjuicios del pan, pero lo cierto, es que su consumo puede tener ciertas consecuencias en nuestro páncreas.
El páncreas es un órgano que desempeña dos funciones vitales para el cuerpo humano. Una de ellas se refiere a la función exocrina o digestiva, pues produce y libera enzimas que ayudan a descomponer los alimentos en el intestino delgado. Por otro lado, cuenta con una función endocrina, que juega un papel clave en la regulación de los niveles de azúcar en la sangre. Un buen funcionamiento permite que se desempeñe sin problemas las dos funciones, lo que ayuda a tener una digestión adecuada y regular nuestros niveles de glucosa.
Por contra, uno de los padecimientos más comunes del páncreas es la pancreatitis, una enfermedad que se genera con la inflamación del páncreas a causa de que las enzimas que produce para digerir los alimentos se liberan muy rápido y dañan el interior de este órgano. La causa más común de esta afección es el consumo excesivo de alcohol, aunque puede deberse por otros factores alimenticios y hereditarios.
Cuando se sufre de este padecimiento, es recomendable tener una dieta a base de frutas y vegetales y evitar carbohidratos llenos de azúcar o harinas refinadas. Estos últimos, teniendo o no esta enfermedad, obligan a trabajar en exceso a nuestro páncreas para estabilizar los niveles de sangre sin que nos demos cuenta, y es ahí donde aparece el pan.
Por fortuna, no todos los tipos de pan pueden ser negativos para nuestro páncreas, pero sí el pan blanco. Y es que la harina refinada con la que se fabrica está compuesta mayoritariamente por almidón, el cual al entrar en contacto con la saliva, se transforma con gran rapidez en azúcar, lo que afecta negativamente al páncreas.
¿Es bueno comer pan todos los días? Esto es lo que dicen los expertos
Como cualquier alimento, tomarlo no es nocivo, pero su exceso sí. De esta forma, mientras los expertos recomiendan comer en exceso vegetales o frutas, el pan blanco entra en la categoría de los alimentos que debemos tomar de forma muy limitada, pues es equiparable a otros alimentos grasos o procesados. Un consumo frecuente de este tipo de alimentos puede aumentar con el tiempo el riesgo de desarrollar resistencia a la insulina, así como otros problemas como la diabetes tipo 2.
El pan es una fuente importante de carbohidratos que carga de energía a nuestro cuerpo. Que sea saludable o no depende de la cantidad, el tipo de pan o la dieta en general que tengamos. Mientas el pan integral o de grano entero es la opción más saludable, ya que contiene más fibra, vitaminas y minerales que el pan blanco, este último apenas tiene nutrientes y puede provocar picos de azúcar en sangre, así como aumentar el hambre poco después de comer.
El pan integral, por otro lado, es rico en fibra, lo que ayuda a la salud digestiva, la sensación de saciedad o el control de los niveles de azúcar en sangre, y consumir este tipo de pan todos los días es lo más recomendable, pues puede ser una buena forma de incorporar fibra a nuestra dieta, así como obtener todos sus beneficios. Consumir con frecuencia pan integral en lugar de pan blanco puede ser beneficioso para la salud del páncreas, ya que promueve una regulación más estable del azúcar en sangre.
Sin embargo, si consumimos a lo largo del día otras fuentes de carbohidratos como la avena, el arroz o la pasta, debemos controlar la cantidad de pan que tomamos, ya que puede contribuir a ganancia de peso si se sobrepasa el consumo calórico necesario.
