Otoño, la estación del “sidroturismo” que no te puedes perder en Asturias

Otoño, la estación del “sidroturismo” que no te puedes perder en Asturias

Camino de convertirse en patrimonio cultural inmaterial de la humanidad, la cultura de la sidra es uno de los mayores atractivos para quienes quieren conocer cómo se hace, cómo se bebe, cómo se escancia y cómo se disfruta de la bebida asturiana por excelencia: la sidra.

Octubre es el mes ideal para conocer los llagares y las pomaradas porque los sidreros se encuentran en plena recogida de la manzana, para posteriormente extraer su zumo y meterlo en toneles, donde reposarán hasta convertirse en sidra. Muchos llagares ofrecen en esta época visitas, precisamente para dar a conocer a todas las personas que tengan interés en cómo es el proceso de recogida de la manzana.

Además, coincidiendo también con la recogida de la castaña, otro producto asturiano por excelencia, se suene combinar la degustación de sidra dulce con castañas asadas. También se ofrecen espichas, donde se sirven platos típicos de Asturias como empanada, bollos preñaos, arroz con leche o quesos.

 

Algunas llagares ofrecen también actuaciones de música tradicional, como por ejemplo, con pandereteras.

A través de página web de “Sidraturismodeasturias” se pueden hacer reservas para este mes y ver el amplio catálago de llagares que han programado diferentes formas de disfrutar de la sidra en otoño.

Asturias no se entiende sin la sidra. El Principado es la región que más produce a nivel nacional, concretamente el 80 por ciento de la producción del país. En la región hay más de setenta llagares y muchos de ellos permiten la visita.

En Asturias se producen una media de 40 millones de litro de sidra al año, dentro de esta cifra se incluye la sidra de escanciado o sidra tradicional, sidra dulce y la sidra espumosa, siendo esta última la más exportada fuera de las fronteras del Principado.

El escanciado, es decir, la forma en la que se sirve la sidra en Asturias es, sin duda, uno de sus valores añadidos y que además, le confiere a este excelente producto un encanto adicional.

Escanciar la sidra no es tarea sencilla y es algo único de Asturias. En las visitas que ofrecen los llagares se pueden dar las primeras clases para iniciarse en el escanciado. De los enormes toneles en los que reposa el zumo de las manzanas, con una capacidad de hasta 30.000 litros, siempre hay quien ofrece la prueba del producto al visitante y obviamente, siempre es escanciando.

 

La sidra de Asturias cuenta además con una Denominación de Origen Protegida que, desde 2002, certifica que las botellas que cuenta con este sello están hechas solo a partir de manzana asturiana.

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