El pasado mes de septiembre, la Diputación de València dio luz verde al comienzo de las extracciones de biomasa forestal previstas dentro del proyecto ‘Valencia Biovaloriza’, que se extenderán por más de 200 hectáreas de terreno forestal en Llíria, Serra y Requena.
Las localidades han sido seleccionadas gracias a los estudios técnicos de gestión forestal que se han llevado a cabo desde la Universidad Politécnica de Valencia (UPV), junto al personal de la empresa pública TRAGSA.
Se trata de un proyecto pionero que reúne los esfuerzos, además de la UPV, de las mancomunidades de Interior Tierra del Vino y de Camp Turia, de los municipios mencionados y del Área de Medioambiente de la Institución Provincial y las acciones han sido coordinadas con la Conselleria de Medio Ambiente, Infraestructuras y Territorio.
El objetivo de esta iniciativa es, por un lado, la prevención de incendios, gracias a la gestión forestal que tratará las zonas con superabundancia de esta materia orgánica, responsables cada año una deflagración más acelerada y difícil de controlar.
Por otro lado, la extracción prevista de más de 1.000 toneladas de biomasa también servirá como fuente de energía renovable, lo que se traduce automáticamente en un ahorro económico notable para los vecinos de estas localidades. Además, esto animará a potenciar este tipo de plantas, como la que ya cuenta la población de Serra, y a seguir investigando en posibles usos de este recurso limpio.
Es por este motivo que cuentan con el respaldo de la Fundación Biodiversidad el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), dentro del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR), financiado por La Unión Europea – NextGenerationEU.
Un amplio margen de mejora
La biomasa es un recurso natural que utiliza la materia orgánica de las zonas forestales para convertirse en una fuente de energía renovable. Los diferentes tipos en los que se puede convertir (natural, residual o producida) pueden dar lugar a nuevos componentes, como el carbón vegetal, el biogás, y el etanol, cuyo uso como combustibles o productores de electricidad es muy habitual.
Por ello, la biomasa es un elemento fundamental en la transición ecológica. Sin embargo, en nuestro país aún tiene un largo camino por recorrer, ya que, según datos del Instituto de Ingeniería de España, España solo aprovecha un 40% de todo su potencial. Esto nos sitúa por debajo de la media de la Unión Europea, que alcanza un 61%.
_d692e0c734.jpg)
