Por primera vez en sus 39 años de vida, la radio y la televisión autonómica de Galicia están inmersas en una huelga indefinida. Arrancó este lunes con unos servicios mínimos que los trabajadores impugnarán por considerarlos “abusivos”. Protestan por la externalización de programas a productoras privadas, una gota más en una crisis que ha llevado a una parte de la plantilla a manifestarse cada viernes desde 2018 contra las injerencias de la Xunta del PP en su trabajo. Van 333 venres negros en la Corporación de Radio e Televisión de Galicia (CRTVG) y el Gobierno gallego no ha hecho el más mínimo amago pacificador, ni antes con Alberto Núñez Feijóo al frente ni ahora con Alfonso Rueda. Al contrario. Los paros, de hora y media en días alternos, se producen mientras Rueda tramita una ley que elimina los órganos internos de protección de los periodistas que preveía la anterior norma y permite al PP nombrar a dedo al director general del ente. Y en plena instrucción judicial también de un presunto caso de acoso laboral a una trabajadora crítica por la que está imputada la cúpula de la compañía.
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