El desasosiego generado en el PP por la reforma que convalida a presos de ETA penas cumplidas en otro país —y que en principio saldrá adelante después de que el Partido Popular y Vox votasen a favor en el Congreso junto a todo el arco parlamentario—, ha puesto en marcha la maquinaria jurídica de Génova para tratar de frenar la futura norma. La reforma pretende acometerse como una enmienda incorporada a un proyecto de ley orgánica que se debate este martes en el Senado, donde el PP tiene mayoría absoluta. Pero el supuesto error de populares y ultras provocó que no presentaran ni veto ni enmiendas a la iniciativa legislativa una vez entró en la Cámara alta. Por lo que, aunque este martes el grupo popular votase en contra, tras advertir este lunes su error, como pretende hacer, la ley seguiría su curso y acabaría poco después en el BOE sin necesidad de volver al Congreso. Ante este embrollo parlamentario, el PP pedirá en la Mesa del Senado que no se debata en pleno.
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