La cota del 35 por ciento, más lejos

La cota del 35 por ciento, más lejos

Los últimos sondeos revelan que el PSOE pierde rueda, en lenguaje ciclista, con el PP y el gran pelotón de la derecha. La distancia se amplía. Se aleja el sueño de Pedro Sánchez de alcanzar la cota mágica del 35 por ciento de los votos. Decisiones recientes han hecho, según parece, mella en el electorado socialista, sin llegar todavía a una desbandada. Entre los hechos que más están influyendo en la pérdida de atractivo del sanchismo entre su electorado habitual figura, en primer lugar, el acuerdo con ERC de beneficiar a Cataluña con el cupo o soberanía fiscal, quebrantando el principio de igualdad, santo y seña del socialismo. Las otras comunidades acusan el golpe. Y en algunas, como Andalucía, especialmente sensible a las discriminaciones y que es el mayor granero de escaños, la brecha empieza a ser irreparable.

Otra decisión candente, que está produciendo desconcierto, perplejidad y un considerable malestar en amplios sectores de la sociedad española, incluido el mundo socialista, es el pacto del Gobierno con Bildu sobre seguridad ciudadana, con rebajas para los presos etarras. Esto era algo inconcebible, la línea roja que no se iba a traspasar en ningún caso. Un contrasentido. Y menos hacerlo con alarde y solemnidad, dejando a la Policía y a la Guardia Civil en manos de los herederos políticos de ETA. Es imposible que la foto de la diputada «bilduetarra», henchida de felicidad, anunciando el acuerdo -para muchos, la foto de la ignominia- no afecte a la intención de voto de los que aún tienen memoria de la sangre derramada y sangre en las venas. Se supone la indignación de los viejos socialistas. Todo, a cambio de la permanencia de Pedro Sánchez en el poder. El PSOE obtiene así un notable apoyo electoral en Cataluña y el País Vasco mientras pierde fuerza en el resto de España.

Hay otros asuntos que tampoco están favoreciendo las perspectivas electorales del PSOE. Apuntan, por ejemplo, los primeros brotes de insumisión en distintas comunidades, empezando por Castilla y León, contra la interferencia de Ferraz imponiendo candidatos serviciales. Esta revuelta, aún soterrada, es una novedad después de una larga etapa de silencio y de absoluto sometimiento. Revela el malestar de la militancia y alimenta el desconcierto de los electores. El «caso Begoña Gómez», sea cual sea el desenlace judicial, puede estar también desanimando al electorado más reflexivo por la evidente falta de ejemplaridad de los inquilinos de La Moncloa. En fin, el giro al centro de Feijóo es hoy la mayor preocupación en el enjambre de estrategas y asesores monclovitas.

Please follow and like us:
Pin Share