Un tribunal de Moscú ha condenado este lunes a seis años y 10 meses de cárcel a Stephen Hubbard, un ciudadano estadounidense de 72 años acusado de combatir como mercenario contra el ejército ruso en Ucrania. El profesor de inglés jubilado, natural de Big Rapids, Míchigan, permanecerá en prisión preventiva hasta que entre en vigor el fallo. Podrá cumplir su pena en una cárcel para presos comunes y no en una de máxima seguridad, como solicitaba la Fiscalía.
A petición del Ministerio Público, el Tribunal Urbano de Moscú consideró como atenuante la edad del acusado y también el hecho de que admitiera su culpabilidad, de acuerdo con la prensa rusa. Un extremo que su hermana, Trisha Hubbard Fox, ha rechazado de plano.
A Hubbard le podrían haber caído hasta 15 años de condena, según el artículo 359 del Código Penal. La Justicia rusa ha decretado, sin embargo, que el estadounidense se alistó en una unidad de defensa territorial en la ciudad ucraniana de Izium, en la región nororiental de Járkiv, durante las primeras semanas de la invasión.
Según la acusación, percibía un salario mensual de 1.000 dólares por un servicio para el que fue entrenado, armado y equipado hasta abril de 2022, cuando los rusos tomaron la localidad y le capturaron. Sus familiares, en cambio, sostienen que Hubbard «nunca fue un mercenario» y que había estado enseñando inglés en el extranjero. El exprofesor residía en Ucrania desde 2014 con Inna, «una mujer a la que llamaba su esposa», recoge la agencia RIA Novosti.
Al término de la vista, que transcurrió parcialmente a puerta cerrada y con el acusado compareciendo con un gorro para combatir el frío, la Embajada de Estados Unidos expresó su confianza en tener en breve acceso consular a su nacional.
Moscú ha utilizado en el pasado a presos estadounidenses como moneda de cambio para garantizar el retorno de rusos retenidos en cárceles estadounidenses como fue el caso del conocido como el Mercader de la Muerte, Viktor Bout. El canje más reciente tuvo lugar el pasado 1 de agosto y se convirtió en el mayor, que incluía a espías, entre Rusia y Occidente desde 1985, al intercambiar a 24 personas.
Otro ciudadano estadounidense, el exmarine Robert Gilman, fue condenado por un tribunal de la ciudad de Vorónezh, a siete años y un mes de prisión en una colonia penitenciaria de alta seguridad por agredir a un funcionario de prisiones, a un investigador estatal y a otro funcionario estatal mientras cumplía condena por una agresión anterior.
