La desaparición del FEAD (Fondo de ayuda europeo para las personas más desfavorecidas) y la irrupción del nuevo sistema de tarjetas monedero aprobado por el Gobierno para familias vulnerables con hijos a su cargo «han generado inseguridad», han señalado este martes los Bancos de Alimentos. En estos meses «irrumpen con fuerza en nuestro país empresas con ánimo de lucro para gestionar excedentes alimentarios en favor de la justicia social y medioambiental», según ha destacado la Federación Española de Bancos de Alimentos (Fesbal).
En ese escenario complejo, en 2023 la institución pidió el apoyo a los Fondos Europeos Next Generation para poner en marcha «Plan B», una iniciativa contra el desperdicio alimentario, que busca «optimizar la cadena de donación de alimentos». El proceso será ahora «más fácil e intuitivo», ya que a través de la plataforma digital www.planb.org.es se podrá seguir la trazabilidad de cada donación realizada, de forma que las donaciones tengan «un impacto social, justo y equitativo a través de 7.000 entidades benéficas auditadas».
Los Bancos de Alimentos (54 en toda España) han repartido durante los últimos seis años 471 millones de kilos de alimentos procedentes de excedente alimentario. «Los 30 años de experiencia de los Bancos de Alimentos nos consolidan como un referente en la lucha contra el desperdicio alimentario, gracias a la extensa red de colaboradores y voluntarios con los que cuentan», aseguró José Manuel Marco, responsable del proyecto PlanB.
Con este nuevo proyecto Fesbal asegura que se cumpla la nueva Ley de Prevención de Pérdidas y Desperdicio Alimentario (Lppda). Como agente de la cadena, se busca una «gestión ágil, eficiente y escalable de los excedentes y mermas que dé respuesta a las obligaciones de la nueva ley y las necesidades de donantes y entidades, aportando así una respuesta homogénea».
Asimismo, se ha diseñado un plan de formación con un itinerario formativo para asegurar la comprensión y la participación en Plan B para los miembros implicados, tanto los 54 bancos como sus donantes y entidades beneficiarias. También se ha diseñado un plan de comunicación para garantizar la difusión y el apoyo a la causa contra el desperdicio en los sectores implicados y en la sociedad.
Los Bancos de Alimentos se distinguen por ser la única organización que ofrece un certificado de desgravación fiscal a los donantes. Este certificado es una documentación oficial que acredita la donación realizada por el donante y le permite beneficiarse de deducciones fiscales de acuerdo a las leyes y regulaciones fiscales vigentes. De este modo, Plan B «brinda a los donantes la tranquilidad y seguridad de que sus contribuciones no solo están haciendo una diferencia significativa en la lucha contra el hambre y el desperdicio de alimentos, sino que también pueden obtener beneficios fiscales por su generosidad», recalcan desde Fesbal.
Con más de 30 años de experiencia, Plan B cuenta con una red de entidades benéficas presente en todas las provincias españolas, lo que permite «una distribución efectiva y equitativa» de alimentos para llegar a comunidades remotas y desfavorecidas, asegurando que ningún área quede sin atención.
