Antes de ser lehendakari, Imanol Pradales dejó su cartera de Infraestructuras en la Diputación de Bizkaia con un proyecto pendiente que sobresalía más que el resto: un túnel bajo la ría del Nervión para comunicar por carretera las dos márgenes del Bilbao metropolitano. Este proyecto subfluvial ya fue descartado hace décadas debido a su complejidad técnica y alto coste, pero a aquel Gobierno foral, formado por PNV y PSE, le ha parecido buen momento para sacarlo del cajón e incorporarle una lanzadera ferroviaria.
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