Patético espectáculo parlamentario el brindado por el gobierno frente populista, (y la oposición), esta semana. Del sanchismo no nos sorprende nada al conocer por desgracia la sucesión de despropósitos e infamias a las que somete la autoestima y dignidad de los españoles y a un honesto patriotismo, concediendo todo lo que exigen separatistas y bilduetarras a cambio de poder seguir en el poder. Sin un mínimo de ética pública y respeto a la verdad, han llegado al extremo de ocultar durante meses lo que se escondía tras una iniciativa pactada con Otegi para excarcelar anticipadamente a decenas de sanguinarios etarras. Lo lamentable es que la oposición del PP y Vox no se enterara de ello, lo que resulta difícilmente entendible. Y la felonía gubernamental llega al extremo de atreverse todavía su portavoz la ministra Alegría a mentir descaradamente a la cara de los españoles, afirmando que esa norma era «literalmente la misma» que la aprobada por el gobierno del PP diez años atrás, en 2014. Tras sus cinco días de reflexión, al enterarse de la investigación por presunta corrupción de su esposa, Sánchez tiene ahora otros cinco días para retirar esa iniciativa legal del procedimiento legislativo evitando su aprobación final. El triministro Bolaños estará satisfecho de haber conseguido engañar a unos incautos diputados de la oposición y a la opinión pública y publicada, como principal gestor de su tramitación. Aunque resulta excesivo creer que también pudiera engañar a determinados ministros y ministras con una especial competencia en la materia. Para acabar de redondear una semana particularmente infeliz del PP, apoyó también la iniciativa para reformar la Ley de Asociaciones para que pueda ser disuelta la «Fundación Francisco Franco». Sin duda, los actuales frente populistas, sucesores del anterior Frente Popular que promovió –hace exactamente 90 años– un golpe de Estado contra el legítimo gobierno de la República por ser «de derechas»; que llegó al gobierno por medio de un muy documentado «pucherazo» electoral, y que cinco meses después llevó a una guerra civil, estarán felices de ese triunfo. Exactamente 85 años después de su derrota militar y 49 del fallecimiento de Franco, ahora y en la misma semana, obtiene sendos éxitos el actual Frente Popular, y con el apoyo del PP en ambos casos. Votar a favor de esa iniciativa es prueba de un lamentable complejo político ante las «progresistas» izquierdas, secesionistas y bilduetarras integrantes del sanchismo, en el que el principal fundador de AP y refundador del PP, Manuel Fraga, nunca cayó. Habiendo sido un importante ministro de Franco, impulsor de la Transición y ponente destacado de la Constitución. La de la «reconciliación y la concordia» que Sánchez quiere destruir.
