¿Quién es la X de la corrupción del PSOE?

¿Quién es la X de la corrupción del PSOE?

Las informaciones que surgen de los procesos que afectan a estrechos colaboradores de Sánchez confirman la existencia de una corrupción sistémica en el PSOE. No es una opinión, sino lo que la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil ha confirmado en su informe sobre[[LINK:EXTERNO|||https://www.larazon.es/tags/caso-koldo/||| la «trama Koldo».]] No es la oposición, la fachosfera o una pintoresca conspiración contra el líder del socialismo mundial, sino la Guardia Civil. El escenario es tan sórdido como lamentable. Un grupo de desaprensivos se enriquecieron a costa de los presupuestos públicos y lo hicieron, además, durante la pandemia. La UCO atribuye a Ábalos un «papel relevante» en la trama de Koldo para influir en «el 1» por el rescate de Globalia. En este caso, la pregunta es muy sencilla: ¿Si el exsecretario de Organización del PSOE era el número 3 quién era el 1? La Guardia Civil ha confirmado que la intervención del exministro fue clave en una reunión con Sánchez y Nadia Calviño celebrada en julio de 2020. El conseguidor Koldo le dio cuenta a Aldama con la clarificadora frase de «Lo está arreglando. Es una máquina».

Ni Sánchez ni el PSOE pueden marcar distancias con Ábalos, sino que tienen que dar muchas explicaciones. El informe señala que Aldama utilizó su relación con Koldo y Ábalos «para influir en la concesión final del rescate a Air Europa». Por tanto, hubo un interés claro y directo por favorecer a una empresa. No es una conspiración de la fachosfera. Lo normal sería que Sánchez compareciera en el Congreso para informar sobre esa reunión, qué razones llevaron a apoyar la operación y si todo se ajustó al procedimiento administrativo normal sin que existiera ningún trato que favoreciera los intereses del millonario Javier Hidalgo y su familia. En el caso de Ábalos, no puede desentenderse porque era su persona de máxima confianza en el partido. Hemos escuchado demasiadas veces la reacción de la izquierda política y mediática cuando el PP decía que no tenía nada que ver, aunque fuera verdad, y que el afectado ya no estaba en el partido. En este ambiente repugnante del todo por la pasta, había una máquina y un número 1, así como unos aprovechados que querían enriquecerse. Es el momento de asumir responsabilidades y hacer un ejercicio de transparencia.

Francisco Marhuenda es catedrático de Derecho Público e Historia de las Instituciones (UNIE).

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