Más de 80 patas, del tamaño de un coche y con antenas por ojos, así era este pariente de los ciempiés

Más de 80 patas, del tamaño de un coche y con antenas por ojos, así era este pariente de los ciempiés

El rostro de una criatura del tamaño de un automóvil y similar
a un milpiés, el artrópodo más grande que haya existido jamás finalmente ha
sido revelado gracias a dos fósiles bien conservados, según informa un nuevo
estudio publicado
en Science Advances
.

El artrópodo, Arthropleura, vivió en bosques cerca del ecuador
entre 346 millones y 290 millones de años atrás, durante la era Paleozoica
tardía. En la atmósfera rica en oxígeno de esa época, Arthropleura podía crecer
hasta unos 2,6 metros de largo y pesar
más de 45 kilogramos.

“Arthropleura… se conoce desde el siglo XVIII, hace más
de 100 años, y no habíamos encontrado una cabeza completa – explica Mickaël
Lheritier, líder del estudio -. Ahora, con la cabeza completa, se pueden ver
las mandíbulas, los ojos, y estas características pueden ayudarnos a entender
la posición de esta criatura en la evolución”.

Hasta ahora este artrópodo gigante había desconcertado a los
paleontólogos durante décadas. El cuerpo de Arthropleura tenía características
como las de un milpiés, pero sin la cabeza, los expertos no podían entender la
relación de la criatura con los artrópodos modernos como los milpiés y los
ciempiés. Si bien estas dos criaturas modernas pueden parecer similares, en
realidad divergieron hace unos 440 millones de años, mucho antes de que
apareciera Arthropleura. Con esto en mente, no es extraño que los paleontólogos
se preguntaran si Arthropleura era un miembro del grupo de los milpiés o del
grupo de los ciempiés.

La controversia sobre el árbol genealógico de Arthropleura “presenta
intensos debates sobre su genealogía – señala James Lamsdell, paleontólogo de
la Universidad de Virginia Occidental, que no participó en el estudio, en una
perspectiva adjunta publicada
también en Science Advances
-. Pero con el descubrimiento de una cabeza
intacta, el misterio de Anthropleura ahora parece resuelto”.

Mediante tomografías computarizadas se descubrieron las cabezas
fosilizadas de dos Arthropleura juveniles descubierta en una roca en el
yacimiento de fósiles de Montceau-les-Mines Lagerstätte en Francia. Las
tomografías revelaron ojos únicos con pedúnculos que sobresalían del costado de
la cabeza; antenas suavemente curvadas; y mandíbulas pequeñas, parecidas a las
de los ciempiés. En conjunto, estos rasgos formaban una amalgama confusa de
características similares a las de los ciempiés y los milpiés.

“Estos detalles, en conjunto, pueden parecer que dejan a
Arthropleura manteniendo su enigma – afirma Lamsdell -. Pero la naturaleza
aparentemente quimérica de Arthropleura es en realidad una evidencia importante
que puede ayudar a responder una pregunta fundamental sobre la evolución de
estas especies”.

Basándose en las características anatómicas, los paleontólogos
finalmente agruparon a Arthropleura como el miembro más estrechamente
relacionado con la familia de los milpiés. Sin embargo, nunca se han visto ojos
con pedúnculos en las familias de los milpiés o los ciempiés. La Arthropleura ha sido ampliamente considerada terrestre, pero los pedúnculos oculares se encuentran
típicamente en animales semiacuáticos o totalmente acuáticos, como los
crustáceos.

Como la cabeza pertenece a un ejemplar juvenil, la explicación
podría estar en la etapa de vida del animal, sugiere Lamsdell. Cuando eran
jóvenes, los Arthropleura podrían haber pasado más tiempo en el agua, antes de
perder los ojos con pedúnculos en la edad adulta. “Los ojos con pedúnculos
siguen siendo un gran misterio, porque realmente no sabemos cómo explicar esto”,
concluye Lheritier.

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