Laura Hurtado de Mendoza, el gran apoyo de Doña Sofía e Irene

Laura Hurtado de Mendoza, el gran apoyo de Doña Sofía e Irene

Cuando la Reina Sofía estuvo ingresada en la Clínica Ruber Internacional de Madrid por una infección del tracto urinario acudió toda su familia a verla. Pocos repararon en la persona que con extrema delicadeza llevaba del brazo a la Princesa Irene de Grecia, lamentablente en una de las últimas ocasiones que hemos podido ver a la hermana de Doña Sofía andando por su propio pie. Esa persona, solo dos meses mayor que la Reina Sofía, es Laura Hurtado de Mendoza, familia del marqués de Mondéjar, que fue jefe de la Casa del Rey. Cuarenta años de servicio 360 grados, donde además de la mujer de Don Juan Carlos se ocupó de sus tres hijos, dado que la actividad de la madre de Felipe VI ha sido siempre «frenética. Ella siempre pensó que tenía que estar al lado del Rey, acompañándole y dando fuerza a la institución. Viajó por todos los continentes y ahí estaba Laura Hurtado para ocuparse de que todo se hiciese como si la Reina estuviera en Zarzuela».

Lo cuenta con detalle Carmen Enríquez, autora del libro «Sofía: Nuestra Reina», un libro que se hizo con motivo de su ochenta cumpleaños. Enríquez tuvo la oportunidad de entrevistarse con Laura Mendoza para completar su retrato de la monarca. «Ella fue la mano derecha de Doña Sofía cuando llegó a España tras su boda con Don Juan Carlos y como secretaria personal se convirtió en su gran aliada y confidente. Hurtado de Mendoza, que actualmente tiene 86 años y está jubilada hace más de dos décadas, le ayudó además con la educación de sus hijos y hasta se encargó de organizar todo cuando Doña Letizia se comprometió con Don Felipe. Durante años fue la persona más cercana a Doña Sofía, igual que lo fue Marisa Satrústegui, la asesora que llegó a Zarzuela en 1977.

Hurtado de Mendoza siempre se mantuvo discreta y en la sombra. Dicen que fue su amiga y asesora en momentos difíciles y que nunca dejó de serle leal en las cuatro décadas que estuvo a su lado», detalla Enríquez, que asegura que hay quien pretendió durante unos años con determinado libro asociar a Doña Sofía al Opus Dei, al pertenecer Laura Hurtado a ese credo. «Nada más lejos de la realidad. La Reina es una mujer espiritual y religiosa, pero bebe de muchas fuentes. Su madre les dio una formación holística gestada en la etapa que vivieron en Sudáfrica y también estuvo muy ligada a la India y sus credos. Doña Sofía tiene con Laura Hurtado una relación cómplice, pero no ese tipo de influencia. Ambas son tremendamente respetuosas con sus creencias», puntualiza la periodista y añade que Hurtado de Mendoza no llegó a formar su propia familia y sigue soltera.

«A la Reina no se la ha llegado a conocer bien. Se ha hablado siempre de su profesionalidad y de su sacrificio, pero va más allá. Tiene un corazón enorme y una gran capacidad de solidarizarse con el sufrimiento de los demás porque ella también sufre. Quizá por la vida que ha vivido», decía con devoción absoluta la propia Laura Hurtado de Mendoza a «Vanity Fair», con motivo del ascenso al trono de Felipe VI.

Un círculo reducido

Enríquez detalla que Laura Hurtado siempre ha estado del lado de la Reina, aunque ya no estuviera formalmente a su servicio. Doña Sofía, por razones de su cargo, por su propia manera de ser o por la educación alemana que recibió cuando sus padres la mandaron interna a los 13 años al internado Scule Scholss Salem en el sur de Alemania, ha hecho que su círculo de confianza sea muy reducido. Es el caso de Laura Hurtado, pero hay más nombres: su prima Tatiana Radziwi, casada con el cardiólogo francés Jean Henry Fruchaud.

El matrimonio vive en París y veranean en Mallorca. Ella estudió biología y se especializó en la investigación bacteriológica. Con la Reina y su hermana comparte su amor por la música y los idiomas. Las tres se pueden expresar en cinco lenguas. En realidad, Tatiana es prima lejana pero convivió con las princesas griegas desde pequeñas y compartieron el exilio en Sudáfrica. En las pocas declaraciones que ha hecho Doña Sofía sobre su vida privada explicaba que «Tatiana y yo hemos sido siempre íntimas. Antes de casarnos, después de casarnos. Ella fue dama de honor en mi boda y tenemos muchos buenos recuerdos de nuestras vidas compartidas». Un círculo de amistades siempre común con su hermana Irene.

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