Mientras todos los equipos peleaban, el Team New Zealand observaba. Ocurrió durante la final de la Louis Vuitton Cup que disputaron Luna Rossa (Italia) e Ineos Britannia (Reino Unido) hace una semana. Los aspirantes al trono se batían entre ellos para conseguir un buena racha de aire, temerosos de perder el vuelo; y el conjunto neozelandés, imponente Defensor, navegaba a la misma hora a lo lejos para analizar a distancia el rendimiento de sus posibles oponentes. Para descubrir sus secretos mientras guardaba los suyos.
Seguir leyendo