La baronesa Thyssen vende su joya más espectacular: este ha sido su precio

La baronesa Thyssen vende su joya más espectacular: este ha sido su precio

No es la primera vez que lo intentaba. En 2015, la sede de Ginebra de la casa de subastas Christie’s ya puso a la venta el fantástico corsage de la reina María Cristina que la baronesa Thyssen conservaba como una de sus joyas más valiosas, pero al final la pieza no encontró comprador. El precio desorbitado que esperaban alcanzar por la joya, que podía superar los dos millones de euros, hizo que al final este prendedor de busto retornara a su propietaria (no se alcanzó el precio que ella quería), que tuvo que volver a guardarlo a la espera de que encontrar, de manera privada, alguien que quisiera pagar semejante cifra de dinero. Pero parece que esa persona por fin ha llegado.

Este viernes conocíamos en el perfil de Spanish Royal Jewels, cuyo responsable es el portugués David Rato, que el corsage había cambiado de manos. Según aparece referenciado en el catálogo “Divine Jewels. The Pursuit of Beauty”, la joya ha pasado a manos de Albino Art Institute, poseedor, posiblemente, de la colección más importantes de joyas del mundo. Todavía no aparece referenciada en su perfil de Instagram, pero en el pie de fotografía del catálogo ya figuran como los propietarios.

Tita Cervera, por tanto, habría vendido al japonés Kazumi Arikawa una joya de la corona española que fue un regalo de Alfonso XII a su mujer, la reina María Cristina, con motivo de su boda. Aquella espectacular pieza, para la que se necesitan dos manos para sujetarla, se compuso de otras piedras provenientes, según afirma Rato, de diversas joyas de la difunta María de las Mercedes. El joyero Francisco de Marzo fue el encargado, en 1879, de armar este corsage que pasó a ser una de las piezas favoritas de la conocida como “doña virtudes”.

Se trata de una pieza de diseño recargado en el que destaca su diseño floral, cuajado de diamantes, así como el pendentif removible tipo gota que cuelga del corsage, realizado también en diamantes. Con el tiempo, y como también señala el autor de Spanish Royal Jewels, el broche ha perdido las 14 franjas de diamantes que colgaban a los lados y con los que no hemos visto a Tita en las fotografías que se conservan.

Kazumi pasa a ser así el nuevo propietario de esta pieza que ha tenido una agitada vida. Tras ser regalada a María Cristina, con la que se retrató en innumerables ocasiones, esta acabó en manos de su nieto, el infante Luis Alfonso. Al no tener hijos, las joyas que conservaba se repartieron tras su muerte entre sus sobrinos y sobrinas, que en los años 80 se deshicieron de ella vendiéndosela al barón Thyssen, que decidió adquirirla para regalársela a su quinta esposa, Carmen Cervera.

Tita posó en diversas fiestas con esta pieza, ya fuera prendida del hombro o a modo de stomacher. Como dato curioso, la baronesa lucía una tipología de joya de la que no hay rastro en el joyero real, ya que tanto este, el corsage de la reina María Cristina, como el espectacular diseño Art Decó que poseyó Victoria Eugenia, fueron subastadas en busca de efectivo.

Una vez más, la baronesa ha conseguido hacer caja con alguno de los tesoros personales con los que cuenta. Por esta transacción, según fuentes consultadas por La Razón, podría haber recaudado entre uno o dos millones de euros, una buena cantidad que seguro ha sentado muy bien a las cuentas de la baronesa, aunque se haya tenido que desprender de uno de los regalos que le hizo su querido Hans Heinrich.

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