París no ama el fútbol. Por más que sea la ciudad en que creció y se formó Jules Rimet, creador de la Copa del Mundo, y la sede de L’Équipe, desde cuya redacción se lanzó la Copa de Europa, el parisino fetén lo considera una inculta evasión provinciana. No hace mucho produjo gran extrañeza que Bernard Pivot, célebre figura cultural con programa de libros en la televisión pública, manifestara su cariño a este deporte.
Seguir leyendo